Buscando a papá (libre)

Salí de Celestia y me dirigí a el desierto de Kash-tar. Antes de marcharme lleve conmigo agua, ya que mi parte feerica la echaría de menos en algunos momentos.

Caminé horas y horas buscando algo...o a alguien. Mi instinto era el que me guiaba y a las 5...6 o serían 7 horas? No lo sabía pero había estado caminando mucho tiempo, percibí un olor y me acerque directamente al sitio del que provenía por pura curiosidad.

De repente, ante mis ojos se veía un paisaje horrible: yans muertos a docenas, todos ensangrentandos...también habia shizs,también había muchos de ellos.

Caí de rodillas sin creerme lo que veía y, de pronto me pareció ver un rosto al que conocía. Con más miedo que vergüenza, me acerque al cadáver y en mi rostro se dibujó una expresión de terror al ver que, aquella persona, era mi padre.
Se me cayó el alma a los pies y, de nuevo caí de rodillas. Su cara estaba ensangrentada con una grave brecha en la sien derecha y en su cuerpo se mostraban varios cortes.

Me eché a llorar y ví en su cuello un collar que el siempre llevaba, era un ojo y desde pequeña siempre me había llamado la atención.
Lo cogí suavemente y me lo colgué en el cuello, y, una parte de mi pensaba que llevando ese collar mi padre me protegería estuviese donde estuviese.

Me daba pena dejarlo allí, pero era consciente de que no me lo podía llevar. Así qué lo aparte unos metros de los demás y lo enterré. Encima le puse una flor, una de las flores que me dió mamá cuando era pequeña ya que un árbol había muerto y todas sus flores, con el.

Me quede un rato más ante mi padre,rezando a los Dioses y, de repente, note una presencia cerca mía.

Aquella noche llegué a una pequeña aldea, lo cual me vino bastante bien, pues llevaba varios días caminando por el desierto. Por la mañana salí a dar un paseo, alrededor de una hora después tuve un mal presentimiento, cogí un puñado de arena y supe que había habido una batalla, y que había muchos muertos, en ese momento me di cuenta de que los muertos eran sobre todo yans, y había algún szish. Volví corriendo a la aldea, con tsubasa desenvainada, aunque, cuando llegué, ya había pasado todo. Me relajé un poco, pero fui a la zona donde había sucedido todo. Lo que vi me desconcertó: Una enorme cantidad de cadáveres... y a dos chicas, una, de rodillas, que parecía tener sangre yan, lo noté, aunque no sé como, y la otra era una humana de unos 20 años. Me acerqué.
-¿Qué ha pasado?-

Yo seguía rezando cuando una voz femenina me sobresaltó.
- Siento la pérdida.  - me dijo.
En seguida me puse en pie y le dije:
- Gra-gracias...- dije bajando la vista ya que desde pequeña siempre fui muy tímida. Además ella tenía cogido la empuñadura y eso me asusto un poco.

Me di cuenta de que era humana, de unos 20 años y llevaba una espada de la que después se soltó.

Más tarde llego un chico que se acerco preguntando.
-¿Qué ha pasado?

Yo me dirigí a el.
- Mi padre se marchó un día de mi casa ya que tenía que ir a una guerra yan, me prometio que volvería pero...cuando llegue aquí me encontré con todo esto...todo lleno de sangre y...- sin querer, unas nuevas lágrimas corrieron por mis mejillas.

La chica repondió
- Mi padre se marchó un día de mi casa ya que tenía que ir a una guerra yan, me prometio que volvería pero...cuando llegue aquí me encontré con todo esto...todo lleno de sangre y...- dijo, casi llorando.
-Te comprendo, yo también perdí a mi padre cuando era muy pequeño, lo mató un shek... . Sé como te sientes. Por cierto me llamo Kirt Deôler, ¿y vosotras?-dije, aunque estaba pensando en cómo habría sido la batalla, y si yo podría haber ayudado.
-Seguro que tu padre era un hombre muy valiente.

Off: He tardado tanto en responder porque estaba esperando a que Arturia respondiera.

La chica me dio las gracias por haberle dicho que sentía lo de aquella persona muerta. No tenía por qué haberlo hecho, sin embargo. A pesar de todo, yo no dije ni una palabra más. Me di la vuelta de nuevo para examinar los cadáveres. No es que me agradara, pero sinceramente ya hasta me convenía saber qué había sucedido exactamente. Cualquier señal de peligro era como una advertencia para que yo no corriera la misma suerte.

Al parecer había sido una muerte violenta, tal vez una batalla. Los cadáveres tenían heridas abiertas, y había sangre por todo el suelo. Fruncí el ceño, no me pintaba nada bien esa situación. Iba a preguntarle a la chica si tenía alguna idea de cuánto tiempo llevaban allí los cuerpos cuando vi que un chico mestizo se había acercado a nuestra posición, preguntando que qué había sucedido. Esbocé una media sonrisa sin alegría, no terminaba de saber ni yo qué era aquello que había pasado con los yan.

- Mi padre se marchó un día de mi casa ya que tenía que ir a una guerra yan, me prometio que volvería pero...cuando llegue aquí me encontré con todo esto...todo lleno de sangre y...- la voz de la chica se quebró antes de que pudiera acabar la frase.

La verdad, imaginaba que había sido un familiar suyo el fallecido. Ellos dos entablaron una conversación, y yo quedé un poco al margen de ella. La chica se llamaba Angelique, y era mestiza de feérico y yan. El recién llegado, un chico también menor que yo, se llamaba Kirt, y también era mestizo. Desde donde me encontraba, sentí que yo también tenía que presentarme, así que me levanté y alcé mi delicado cuello hacia ellos para poder verlos mejor.

-Mi nombre es Arturia Pendragon, soy una humana del reino de Nanetten. Encantada de conoceros. – mi voz sonó alta y clara, con el mismo tono que siempre llevaba… un tono serio y frío, pero no por ello duro o brusco. Hice una pequeña reverencia, algo que estaba acostumbrada a hacer tras todas las presentaciones. – Angelique, entiendo tu dolor tras la muerte de tu padre –hice una pausa al decir la palabra “padre”, puesto que no tenía ni un recuerdo bueno del mío-, pero tal vez este no sea el lugar más seguro para quedarnos. Bueno, y aunque fuera el más seguro, no es el más agradable…


Off: Perdón, me despisté un poco del tema

La chica me sonrió y extendió la mano.
- Yo soy Angelique, Angelique Moonfly. Soy una feerica-yan.
Y si, mi padre era muy valiente...pero el yan más cabezota del mundo. Mi madre también se lo decía.- Por el aspecto no parecía una semiyan, tenía el pelo suelto y rizado y era muy alta para su edad y para ser una semiyan. La otra era mayor que yo, aunque era más baja, algo más alta que la otra. Tenía el pelo largo y era rubia. Entonces habló.
-Mi nombre es Arturia Pendragon, soy una humana del reino de Nanetten. Encantada de conoceros. –dijo, con voz alta y fría y después hizo una reverencia -

Angelique, entiendo tu dolor tras la muerte de tu padre pero tal vez este no sea el lugar más seguro para quedarnos. Bueno, y aunque fuera el más seguro, no es el más
-

Off: perdón por los posts cortos xD

Arturia suspiró y se quitó un mechón de la cara.
-¿Sabéis pues dónde hay un lugar para pasar la noche? Si no queréis acompañarme no me importa, pero sinceramente no veo motivos para que estéis en este lugar, como bien dije antes- dijo, siempre con la voz fría, como si no sintiera nada.

-Si, deberíamos irnos, está empezando a anochecer. Hay una aldea yan cerca, podríamos ir allí, ¿qué os parece?- dije, mientras miraba el horizonte -No está muy lejos de aquí.- Aunque lo que quería en realidad era alejarme de allí por si venían más szish, o incluso sheks.

Desde pequeño temía y odiaba a los sheks, creo que por la muerte de mi padre, ... mi padre, apenas lo conocí, y aún así lo echaba de menos...

Angelique seguía callada, y Arturia nos miraba a ambos esperando una respuesta.

-Bueno, ¿nos vamos de aquí? - dije. De prontó sentí algo extraño en el ambiente, algo... frío, reaccioné, y, mientras cogía la espada, dije-¡Vienen más szish, esos sólo eran una avanzadilla, corred!

Mientras empezábamos a andar, Arturia contestó.
-Vámonos, si es eso verdad no hay tiempo. Tenemos que estar preparados para pelear en el caso de que nos alcancen. Y no recomiendo correr demasiado rápido, Kirt. Si nos fatigáramos no tendríamos fuerzas para  luchar, tenlo en cuenta. Y lo más seguro es que, si bien tú has notado su presencia, lo más seguro es que ellos aún no hayan percibido la nuestra.-

-Tienes razón, pero si los szish nos alcanzan no podremos escapar. Son muchos.-
De pronto me di cuenta de que los szish seguramente atacaran la aldea y sólo se me ocurrió un lugar al que ir, el antiguo campamento de mi padre. Se lo dije a Arturia.
-Esos szhish no están aquí por casualidad, seguramente quieren atacar las aldeas de la zona. Debemos alejarnos, podemos ir a un campamento humano que hay al norte, cerca del bosque, es... era... el campamento de mi padre, casi la mitad de mi vida la he pasado allí. Además, estar cerca del bosque le irá bien a Angelique.- Añadí, para terminar de convencerlas. -Está a un par de días de aquí, a buen paso no creo que los szish nos alcanzen.

Apreté la mano alrededor de la empuñadura de la espada. Si los Szish nos alcanzaban, al menos  el calor de mi espada los alejaría unos instantes, o eso me dije a mí misma. Miré a Kirt cuando me dijo que, si nos llegaran a alcanzar, no tendríamos escapatoria. Mi rostro no denotó ninguna emoción, y yo tampoco hice ningún comentario. Ya había dicho todo lo que tenía que decir.

-Esos szhish no están aquí por casualidad, seguramente quieren atacar las aldeas de la zona. Debemos alejarnos, podemos ir a un campamento humano que hay al norte. – esas palabras hicieron que me girara de nuevo hacia el muchacho. - Además, estar cerca del bosque le irá bien a Angelique – miré a la chica, que no parecía terminar de encontrarse bien. Aunque no sabía si era por la ausencia de vida del entorno o por el shock tras la muerte de su padre.

Asentí lentamente con la cabeza y tomé del brazo a Angelique.

-Vayamos pues – dije, convencida – Estoy deseando alejarme de este lugar. Puedo soportar muchas cosas, pero esto para mí es demasiado. – hablé calmada, pero al mismo tiempo dejé que se notara que hablaba muy en serio. No quería adoptar un tono brusco, pero a veces me salía sin necesidad. - Dijiste al norte, ¿cierto? – pregunté retóricamente, y me puse en marcha.

Si hubiera sido por mí habríamos parado a descansar. Llevaba horas de camino y no me gustaba demasiado andar con gente desconocida. Por norma general, desconfiaba de todas y cada una de las personas que se acercaran a mí. Era algo que había ganado tras mis pocas experiencias. Miré hacia el horizonte: el segundo de los soles estaba terminando de ponerse. Me giré para ver si alguien nos seguía, y al no ver a nadie, retomé la marcha. Íbamos a un buen ritmo, pero no tan rápidos como a mí me hubiera gustado.

-Kirt, tú eres el que debe guiarnos. –comenté, despreocupada – No soy yo la que sabe dónde se encuentra ese campamento. – sin embargo, no paré de caminar al decir esto.

Angelique seguía callada, como en shock, Arturia la cogió del brazo y dijo
-Vayamos pues, estoy deseando alejarme de este lugar. Puedo soportar muchas cosas, pero esto para mí es demasiado.-
Miré al horizonte, ya era el segundo atardecer y pronto sería noche cerrada. Empezé a ordenar los últimos sucesos en mi mente. Llevaba alrededor de una semana caminando cuando encontré una aldea, pase una noche allí, y , a la mañana siguiente hubo una batalla en la que murieron unos yan y varios szish Al pensar en los szish me llevé la mano instintivamente a la espada. Entonces conocí a Angelique una mestiza, cuyo padre había muerto, y a Arturia, una humana...  
Estaba perdido en estos pensamientos cuando oí a Arturia decir
-Kirt, tú eres el que debe guiarnos, no soy yo la que sabe dónde se encuentra ese campamento
-Arturia, el campamento está unos kilómetros al este de Dyan, yo os guiaré, si llevamos un buen ritmo hasta el anochecer podremos descansar, llevo provisiones para mucho tiempo, podemos comer y dormir, aunque habrá que partir con el primer amanecer.

Miré a ambos esperando que alguno de los dos me dijera a dónde dirigirnos, disminuyendo el ritmo. Kirt me dio las indicaciones acerca del lugar donde se encontraba el campamento y asentí lentamente con la cabeza. Debería poder servirnos de refugio de momento. “De momento tenemos que movernos”, me dije a mí misma, y solté a Angelique pensando que podría continuar sin ayuda, puesto que no parecía demasiado cansada.

Después de un tiempo caminando detrás del mestizo, ni siquiera supe cuánto, el tercero de los soles cayó en el horizonte, y comenzaron a asomar los tres astros lunares con sus hermosas tonalidades grises y violetas.

-Kirt – llamé al muchacho unos pasos por detrás de él - ¿Les dejamos atrás hace tiempo o aún están cerca? Si no nos han alcanzado ya, no creo que nos hayan detectado. Y si lo hicieron, nos dejaron marchar – comenté, volviéndome para ver si había alguna serpiente tras nosotros.

Supuse que era momento de descansar de una vez, ya se veía un buen trozo de la segunda luna. No sé cómo andarían ellos, pero yo llevaba bastante rato caminando antes de de encontrarnos, así que estaba bastante cansada de andar kilómetros… y más sobre arena, que no era algo a lo que estuviera acostumbrada. Por un momento pensé en Nandelt, y en que, en el fondo, lo echaba de menos. Pero había decidido recorrer el mundo todo lo que no pude los dieciocho primeros años de mi vida, y lo cumpliría sin lugar a dudas.




Terminamos de descansar el resto de la noche. Yo me negaba a pegar el ojo, por si nos llegaban a alcanzar los sangrefría. Alcé el cuello una vez comenzó a amanecer para intentar mirar más allá de las dunas, pero seguía sin haber nada ni nadie más que arena. Di un largo suspiro y me puse en pie, no estaba dispuesta a estar parada más tiempo. “Ya hemos descansado lo suficiente”.

-Kirt, yo me acabaré perdiendo por el desierto como esto siga así – me crucé de brazos, muy seria -. Espero que no quede mucho para el campamento – dije por último, esta vez para mí misma.


Off: sé que es un post caca, aham xD Pero no tengo casi tiempo, así que lo he hecho a toda pastilla. Siento no postear, no tengo internet y me pone de los nervios escribir en el móvil D:

Al anochecer Arturia me preguntó si habríamos dejado atrás a los szish. Asentí y dije:
-Eso creo, si no, nos habrían atacado. Creo que podemos parar a descansar.
A la mañana siguiente, con el segundo amanecer, me desperté, y Arturia me dijo:
-Kirt, yo me acabaré perdiendo por el desierto como esto siga así.- Y murmuró algo para sí.
-A buen ritmo, llegaremos antes del primer atardecer. - dije, mientras empezaba a andar-Incluso podremos parar antes de llegar, no creo que nos alcanzen.

OFF: