La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
PNJ
El mago feérico no podía decir nada, no tenía fuerzas. Aquellos seres eran en mal en estado puro, y el mago podía sentir el dolor del nimen y del árbol, pero por encima de ellos, el dolor que la hembra shek le estaba inflingiendo, un dolor agudo, real aunque no físico. Le temblaban las rodillas, y cuando el otro shek encontró la parte que faltaba de su artefacto, deseó gritar. Pero no pudo hacerlo. No podía hacer nada.
Su visión se tornó borrosa, y no sintió el golpe cuando cayó contra el suelo porque ya estaba inconsciente.
----------------X----------------------
- Sai'el, coge la otra parte del artefacto y volvamos a la torre.
Me había planteado si sería adecuado matar definitivamente al mago, pero sería divertido que volviese a la torres buscando venganza con el otro. De todos modos, nos hibridaría, pues habíamos conseguido lo que él quería, lo que había pedido, la condición para la hibridación se había cumplido.
El nimen moribundo estaba tirado al lado del árbol, y las ramas, hace un momento vigorosas y agresivas, estaban rasgadas y agotadas. Miré la maceta de las lelebin en miniatura. Recordé todas aquellas historias sobre el bosque de Awa, sobre la masacre hacia nuestra raza por culpa de aquella hada suicida. Mi fría sangre aumentó de temperatura, y no me enfadé porque, simplemente, no forma parte de la naturaleza de mi raza. "Aunque puede que eso cambie pronto", pensé.
Me acerqué reptando por los restos de la cabaña del feérico, hasta que mi cabeza estaba cerca de las lelebin, y las congelé con mi gélido aliento. Después las mordí con fuerza, haciendo que la maceta y la planta se convirtieran en un sinfín de pedacitos congelados.
- Vamos, ya no hay nada que nos retenga aquí.
El mago feérico no podía decir nada, no tenía fuerzas. Aquellos seres eran en mal en estado puro, y el mago podía sentir el dolor del nimen y del árbol, pero por encima de ellos, el dolor que la hembra shek le estaba inflingiendo, un dolor agudo, real aunque no físico. Le temblaban las rodillas, y cuando el otro shek encontró la parte que faltaba de su artefacto, deseó gritar. Pero no pudo hacerlo. No podía hacer nada.
Su visión se tornó borrosa, y no sintió el golpe cuando cayó contra el suelo porque ya estaba inconsciente.
----------------X----------------------
- Sai'el, coge la otra parte del artefacto y volvamos a la torre.
Me había planteado si sería adecuado matar definitivamente al mago, pero sería divertido que volviese a la torres buscando venganza con el otro. De todos modos, nos hibridaría, pues habíamos conseguido lo que él quería, lo que había pedido, la condición para la hibridación se había cumplido.
El nimen moribundo estaba tirado al lado del árbol, y las ramas, hace un momento vigorosas y agresivas, estaban rasgadas y agotadas. Miré la maceta de las lelebin en miniatura. Recordé todas aquellas historias sobre el bosque de Awa, sobre la masacre hacia nuestra raza por culpa de aquella hada suicida. Mi fría sangre aumentó de temperatura, y no me enfadé porque, simplemente, no forma parte de la naturaleza de mi raza. "Aunque puede que eso cambie pronto", pensé.
Me acerqué reptando por los restos de la cabaña del feérico, hasta que mi cabeza estaba cerca de las lelebin, y las congelé con mi gélido aliento. Después las mordí con fuerza, haciendo que la maceta y la planta se convirtieran en un sinfín de pedacitos congelados.
- Vamos, ya no hay nada que nos retenga aquí.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
El objeto que llevaba el mago, una base pequeña cuadrada, con un pequeño hoyo para insertar la esfera, cayó a unos pocos centímetros del cuerpo del feérico. El escudo en forma de burbuja de la pequeña flor lelebin había desaparecido, como si se hubiese evaporado de la nada.
Gracias por hacer eso, Koralie, le manifesté por la red, no sé si lo has dejado sin conciencia o sigue vivo, pero eso no me importa... Ya es hora de irnos.
La esfera la guardé en uno de mis bolsillos interiores de mis ropones blancos, caminé hacia el sangrecaliente, me agaché y cogí la pequeña base. Era de hierro y no pesaba mucho, no más que una daga o una espada corta.
No podré transportar esto en mi otra forma, le dije a mi compañera por la voz vocal, ... tendrás que llevarme sobre tu lomo.
Me levanté y me dirigí hacia ella, con tranquilidad pero a grandes pasos.
Gracias por hacer eso, Koralie, le manifesté por la red, no sé si lo has dejado sin conciencia o sigue vivo, pero eso no me importa... Ya es hora de irnos.
La esfera la guardé en uno de mis bolsillos interiores de mis ropones blancos, caminé hacia el sangrecaliente, me agaché y cogí la pequeña base. Era de hierro y no pesaba mucho, no más que una daga o una espada corta.
No podré transportar esto en mi otra forma, le dije a mi compañera por la voz vocal, ... tendrás que llevarme sobre tu lomo.
Me levanté y me dirigí hacia ella, con tranquilidad pero a grandes pasos.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Por lo que había podido observar, los híbridos, al transformarse, se llevaban con su otro cuerpo aquellas cosas que formaban parte de él, como la ropa, o aquello que llevaban en los bolsillos o en fundas. Sin embargo, el artefacto del mago feérico era demasiado grande como para que Sai'el pudiera albergarlo y convertirse en shek.
Me parecía sumamente útil poder guardar algo de ese modo, y lo apunté mentalmente a la lista de puntos positivos de la hibridación. Cada segundo estaba más convencida de hacerlo, de unir mi alma con otra de un ser inferior, y aunque me preocupaban las consecuencias que eso pudiera acarrear, la ilusión que tenía les restaba importancia.
Dadas las circunstancias, me puse en una postura para que Sai'el pudiera subir a mi lomo, cerca de la cabeza, la que consideré la zona más segura para él. Era la primera vez que llevaba a alguien, y era una sensación extraña.
- Vamos, sube. No tenemos todo el día.
Estaba ansiosa por llegar a la torre.
Me parecía sumamente útil poder guardar algo de ese modo, y lo apunté mentalmente a la lista de puntos positivos de la hibridación. Cada segundo estaba más convencida de hacerlo, de unir mi alma con otra de un ser inferior, y aunque me preocupaban las consecuencias que eso pudiera acarrear, la ilusión que tenía les restaba importancia.
Dadas las circunstancias, me puse en una postura para que Sai'el pudiera subir a mi lomo, cerca de la cabeza, la que consideré la zona más segura para él. Era la primera vez que llevaba a alguien, y era una sensación extraña.
- Vamos, sube. No tenemos todo el día.
Estaba ansiosa por llegar a la torre.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Llegué en pocos pasos al gran cuerpo de shek de Koralie. Subí a su lomo, cerca de su cabeza y entre sus alas. Me fijé en ellas y no vi ninguna membrana rota. No pude evitar sentir algo de envidia.
Mis alas están hechas de grietas en la membrana y por mucho que curen, siempre vuelven a abrirse por las duras peleas como contra los dragones, pensé, fastidiado por tales momentos y acciones.
La base de la esfera del mago, reposaba en mi costado, apretujado por mi brazo izquierdo. El cual mantenía con fuerza, por la inseguridad de que se me cayera. Con la otra mano toqué la piel escamosa de mi compañera de viaje y el tacto era frío, como era de esperar, pero el tacto no era nada desagradable. No era suave, pero no llegaba a áspero.
Vayámonos de aquí, le dije por la red.
Mis alas están hechas de grietas en la membrana y por mucho que curen, siempre vuelven a abrirse por las duras peleas como contra los dragones, pensé, fastidiado por tales momentos y acciones.
La base de la esfera del mago, reposaba en mi costado, apretujado por mi brazo izquierdo. El cual mantenía con fuerza, por la inseguridad de que se me cayera. Con la otra mano toqué la piel escamosa de mi compañera de viaje y el tacto era frío, como era de esperar, pero el tacto no era nada desagradable. No era suave, pero no llegaba a áspero.
Vayámonos de aquí, le dije por la red.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Sentí como el cuerpo humano de Sai'el subía sobre mí. Tenía un tacto más cálido del que agradaría a cualquier shek, pero sabía que en su interior, en algun lugar, se escondía el shek que era.
Alcé el vuelo intentando tener cuidado, al fin y al cabo, aquel cuerpo humano era frágil y tenía muchas más limitaciones que el cuerpo shek. Si caía... bueno, preferí no pensar en eso. Decidí compartir con él mi idea de hibridarme, pero entonces caí en la cuenta de que él nunca me había dicho claramente si había nacido como shek o como humano.
- No sé si lo sabes, pero supongo que lo habrás imaginado. Eissen y yo... bueno, hemos accedido a recuperar este artefacto como pago para una hibridación. Necesitamos los cuerpos, claro, pero eso no debe de ser difícil de conseguir, al menos yo sé dónde esta el mío, el que quiero, vamos. Es algo que había considerado antes, pero creo que ver que Eissen está más decidido que yo me ha hecho decidirme. Nunca me has hablado de tu hibridación. ¿Cómo sucedió?
Esperaba no incomodar a Sai'el con mi pregunta. Era algo realmente privado. Batí mis alas para elevar un poco el vuelo, y entonces reconocí la zona. Por aquel lugar estaba el cuerpo que deseaba para mi hibridación.
- Voy a hacer una pequeña parada- comenté a Sai'el-. No me demoraré mucho. Será mejor que te agarres como puedas.
Alcé el vuelo intentando tener cuidado, al fin y al cabo, aquel cuerpo humano era frágil y tenía muchas más limitaciones que el cuerpo shek. Si caía... bueno, preferí no pensar en eso. Decidí compartir con él mi idea de hibridarme, pero entonces caí en la cuenta de que él nunca me había dicho claramente si había nacido como shek o como humano.
- No sé si lo sabes, pero supongo que lo habrás imaginado. Eissen y yo... bueno, hemos accedido a recuperar este artefacto como pago para una hibridación. Necesitamos los cuerpos, claro, pero eso no debe de ser difícil de conseguir, al menos yo sé dónde esta el mío, el que quiero, vamos. Es algo que había considerado antes, pero creo que ver que Eissen está más decidido que yo me ha hecho decidirme. Nunca me has hablado de tu hibridación. ¿Cómo sucedió?
Esperaba no incomodar a Sai'el con mi pregunta. Era algo realmente privado. Batí mis alas para elevar un poco el vuelo, y entonces reconocí la zona. Por aquel lugar estaba el cuerpo que deseaba para mi hibridación.
- Voy a hacer una pequeña parada- comenté a Sai'el-. No me demoraré mucho. Será mejor que te agarres como puedas.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
El gran cuerpo de serpiente alada de Koralie inició un vuelo suave, en el que el viento azotaba mi cara con una suave brisa, de una corriente de aire frío. Haciendo que mi cabello blanquecino se meciese por muy corto que fuera.
Mi cuerpo humano era frágil en aquélla situación, pero estaba seguro, o al menos, eso creía.
Koralie me explicó lo que ella misma y Eissen habían hablado con el nigromante de la Torre de Drackwen, y el pago del que resultaría una hibridación de los dos. El precio era el artefacto que le robamos al mago feérico.
Malditos sean los magos, pensé.
Durante unos momentos, ni yo ni mi compañera de viaje hablamos. Ni si quiera por la red que unía a los sheks y a los híbridos de éstos últimos. Hasta que al final salió un tema que jamás había esperado que saliese con seres tan parecidos y tan diferentes de mí.
¿Por qué querrá saber tal cosa? ¿A caso siente la curiosidad de cómo es la experiencia?, me pregunté a mí mismo, interiormente.
Verás...-empece a hablar a través de la mente, enseñando las imágenes de un chico joven de cabello rubio, inconsciente sobre un altar y mi cuerpo de shek, consciente pero estirado completamente entre mis propios anillos- la experiencia fue extraña y dolorosa..., incluso podría decir que peligrosa... Sentí en mis propias escamas como la fuerza vital de mi cuerpo se debilitaban, al igual que la del humano. Su vida casi se extinguió, como la mía. Hasta que una fuerza inmaterial, fría y cálida a la vez se uniesen en una. No fue agradable..., pero sí necesario. El chico no murió, ni el shek puro que fuí. Ahora somos uno. Shek y humano.
Callé al recordar tales sucesos, como si el dolor volviera a sentirse en todo mi ser. Mi alma shek y humana eran una y, a la vez, dos.
Pero surgió algo en el proceso, le transmití por la red, ... el cabello del humano cambió del rubio al blanquecino. Los nigromantes no supieron el por qué.
Ante de que acabase, Koralie transmitió que haría una parada, pero no mencionó el lugar.
¿No tendríamos que ir a la Torre de Drackwen?, le pregunté, pero ya se dirigía hacia un sitio que yo no sabía cuál sería.
Mi cuerpo humano era frágil en aquélla situación, pero estaba seguro, o al menos, eso creía.
Koralie me explicó lo que ella misma y Eissen habían hablado con el nigromante de la Torre de Drackwen, y el pago del que resultaría una hibridación de los dos. El precio era el artefacto que le robamos al mago feérico.
Malditos sean los magos, pensé.
Durante unos momentos, ni yo ni mi compañera de viaje hablamos. Ni si quiera por la red que unía a los sheks y a los híbridos de éstos últimos. Hasta que al final salió un tema que jamás había esperado que saliese con seres tan parecidos y tan diferentes de mí.
¿Por qué querrá saber tal cosa? ¿A caso siente la curiosidad de cómo es la experiencia?, me pregunté a mí mismo, interiormente.
Verás...-empece a hablar a través de la mente, enseñando las imágenes de un chico joven de cabello rubio, inconsciente sobre un altar y mi cuerpo de shek, consciente pero estirado completamente entre mis propios anillos- la experiencia fue extraña y dolorosa..., incluso podría decir que peligrosa... Sentí en mis propias escamas como la fuerza vital de mi cuerpo se debilitaban, al igual que la del humano. Su vida casi se extinguió, como la mía. Hasta que una fuerza inmaterial, fría y cálida a la vez se uniesen en una. No fue agradable..., pero sí necesario. El chico no murió, ni el shek puro que fuí. Ahora somos uno. Shek y humano.
Callé al recordar tales sucesos, como si el dolor volviera a sentirse en todo mi ser. Mi alma shek y humana eran una y, a la vez, dos.
Pero surgió algo en el proceso, le transmití por la red, ... el cabello del humano cambió del rubio al blanquecino. Los nigromantes no supieron el por qué.
Ante de que acabase, Koralie transmitió que haría una parada, pero no mencionó el lugar.
¿No tendríamos que ir a la Torre de Drackwen?, le pregunté, pero ya se dirigía hacia un sitio que yo no sabía cuál sería.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Presté atención a todo aquello que Sai'el me transmitía. No sentí miedo, aunque pude sentir en cierto modo sentimientos negativos por su parte al hablar de ello, aunque no sabría definirlos exactamente. Por ello, supuse que esas sensaciones pertenecerían a su parte sangrecaliente, y no les di mayor importancia.
Cuando comencé el descenso hacia el bosque, escuché que Sai'el me preguntaba a dónde íbamos.
- Bueno, además de pagar por la hibridación... yo necesito un cuerpo. Y sé exactamente cual quiero.
Había observado a aquella sangrecaliente cuando nos dirigíamos a la cabaña del feérico. Transmitía contradicción, y eso me gustaba. Tenía aspecto de feérica, pero había algo que la hacía distinta, tenía una fuerza poco común en la especie de Wina, que se destacaba por su delicadeza. Me gustó, y cuando volví a notar su presencia, lo supe, supe que ese sería mi otra mitad a lo largo de mi vida. Descendí despacio, intentando que la bajada no fuese demasiado brusca para que Sai'el no tuviera problemas ni se cayese. Mientras, fui calculando cuánto tardaría la sangrecaliente al claro que había en las cercanías. Adapté mi vuelo, y cuando se hayaba en la mitad del claro, tomé tierra.
Ella pareció asustada, no supo reaccionar. No la culpaba, los sheks nos habíamos convertido en una raza asustadiza y discreta que rara vez se dejaba ver. El asombro hizo que abriese la boca y se quedase mirándome, momento que aproveché para unir mis ojos con los suyos mediante mi red telepática. Fue sencillo, y entonces comencé una gran descarga de energía, destrozando su mente.
Sai'el había dicho que era como si dos almas que conjugasen en una, pero yo quería mantener mi alma incorrupta, y supuse que si destrozaba el otro alma, no habría problemas con eso. En menos de un minuto, la feérica cayó rendida al suelo, desmayada.
- Sai'el, por favor, ¿podrías subirla sobre mi? No quiero estropear su cuerpo con mis dientes- pedí amablemente.
Cuando comencé el descenso hacia el bosque, escuché que Sai'el me preguntaba a dónde íbamos.
- Bueno, además de pagar por la hibridación... yo necesito un cuerpo. Y sé exactamente cual quiero.
Había observado a aquella sangrecaliente cuando nos dirigíamos a la cabaña del feérico. Transmitía contradicción, y eso me gustaba. Tenía aspecto de feérica, pero había algo que la hacía distinta, tenía una fuerza poco común en la especie de Wina, que se destacaba por su delicadeza. Me gustó, y cuando volví a notar su presencia, lo supe, supe que ese sería mi otra mitad a lo largo de mi vida. Descendí despacio, intentando que la bajada no fuese demasiado brusca para que Sai'el no tuviera problemas ni se cayese. Mientras, fui calculando cuánto tardaría la sangrecaliente al claro que había en las cercanías. Adapté mi vuelo, y cuando se hayaba en la mitad del claro, tomé tierra.
Ella pareció asustada, no supo reaccionar. No la culpaba, los sheks nos habíamos convertido en una raza asustadiza y discreta que rara vez se dejaba ver. El asombro hizo que abriese la boca y se quedase mirándome, momento que aproveché para unir mis ojos con los suyos mediante mi red telepática. Fue sencillo, y entonces comencé una gran descarga de energía, destrozando su mente.
Sai'el había dicho que era como si dos almas que conjugasen en una, pero yo quería mantener mi alma incorrupta, y supuse que si destrozaba el otro alma, no habría problemas con eso. En menos de un minuto, la feérica cayó rendida al suelo, desmayada.
- Sai'el, por favor, ¿podrías subirla sobre mi? No quiero estropear su cuerpo con mis dientes- pedí amablemente.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
La chica feérica cayó al suelo inconsciente y mi compañera me pidió que la subiera a su cuerpo.
No tiene ningún reparo en utilizarme, pensé divertido, pronto haré lo mismo con ella.
No me importaba cómo estuviera la sangrecaliente, pero era necesaria para Koralie; pues según dijo, deseaba el cuerpo de la joven.
Así que me bajé del lomo de mi amiga con rapidez y en unos siete pasos llegué al cuerpo de la muchacha. No sabía qué edad tendría pero, tuviera la que tuviera, era joven. A lo sumo, mientras ya estaba a su lado, contemplándola, noté que era bella aunque algo asilvestrada.
Bueno, no es de extrañar, me dije, después de todo es una criatura de la diosa Wina.
La cogí por los brazos, cuando la alcé, llevé una de mis manos para coger sus piernas y cargarla contra mi pecho.
No esperes que haga cosas así por ti, ¿eh, Koralie?, le dije por la red.
La muchacha no pesaba mucho, pero sí algo más que una simple feérica. El por qué no era importante, pero cuando llegué al cuerpo de serpiente de mi compañera, mi brazo derecho que sujetaba el cuerpo de la joven, se me durmió. Eso me hacía sentir un leve agarrotamiento y un cosquilleo.
Acomodé el cuerpo de la joven tan bien -cómo pude-, sobre el lomo de la hembra. Luego subí yo, como si tuviera prisa, y más o menos, la tenía. Si nos veían sus compañeros o quién fuese, nos perseguirían hasta a saber qué límites. Tal vez, ninguno. Pues los sangrecaliente son demasiado impulsivos.
Aferraba con un brazo protector el cuerpo de la chica para que no cayese cuando empezase el vuelo, mientras que con el brazo zurdo, sujetaba la base de la esfera.
Podemos irnos, le transmití.
No tiene ningún reparo en utilizarme, pensé divertido, pronto haré lo mismo con ella.
No me importaba cómo estuviera la sangrecaliente, pero era necesaria para Koralie; pues según dijo, deseaba el cuerpo de la joven.
Así que me bajé del lomo de mi amiga con rapidez y en unos siete pasos llegué al cuerpo de la muchacha. No sabía qué edad tendría pero, tuviera la que tuviera, era joven. A lo sumo, mientras ya estaba a su lado, contemplándola, noté que era bella aunque algo asilvestrada.
Bueno, no es de extrañar, me dije, después de todo es una criatura de la diosa Wina.
La cogí por los brazos, cuando la alcé, llevé una de mis manos para coger sus piernas y cargarla contra mi pecho.
No esperes que haga cosas así por ti, ¿eh, Koralie?, le dije por la red.
La muchacha no pesaba mucho, pero sí algo más que una simple feérica. El por qué no era importante, pero cuando llegué al cuerpo de serpiente de mi compañera, mi brazo derecho que sujetaba el cuerpo de la joven, se me durmió. Eso me hacía sentir un leve agarrotamiento y un cosquilleo.
Acomodé el cuerpo de la joven tan bien -cómo pude-, sobre el lomo de la hembra. Luego subí yo, como si tuviera prisa, y más o menos, la tenía. Si nos veían sus compañeros o quién fuese, nos perseguirían hasta a saber qué límites. Tal vez, ninguno. Pues los sangrecaliente son demasiado impulsivos.
Aferraba con un brazo protector el cuerpo de la chica para que no cayese cuando empezase el vuelo, mientras que con el brazo zurdo, sujetaba la base de la esfera.
Podemos irnos, le transmití.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Observé cómo Sai'el cogía mi futuro nuevo cuerpo y lo cargaba sobre mí para luego, volver a subir a mi lomo. Debía de tener cuidado, al fin y al cabo, iba cargando no solo con él, si no con dos posesiones muy preciadas, el cuerpo con el que me hibridaría y el pago por ello. Repté un poco para que el híbrido volviese a acostumbrarse al movimiento.
- Vamos allá- avisé por la red, y enconces, alcé el vuelo batiendo mis alas con fuerza pero intentando hacer un ascenso lo más delicado posible.
Cargaba con un considerable peso al que no estaba acostumbrada, sin embargo, las ansias por obtener la recompensa de aquel esfuerzo- y de verme convertida en algo parecido a un "animal de carga/transporte- hicieron que me diera prisa y no pensase en el esfuerzo que hacía.
El cielo estaba tranquilo, y las corrientes de aire caliente facilitaban un poco la tarea de transportar todo aquello sobre mí. A lo lejos, podía vistumbrarse ya la Torre a la que nos dirigíamos.
- ¿Qué harás cuando lleguemos a la torre?- pregunté a Sai'el.
Pensé para mi que me gustaría que estubiera a mi lado durante la hibridación, al fin y al cabo, él había pasado también por aquello, y podría ayudarme a adecuarme a mi nuevo cuerpo. Estaba nerviosa, y supuse que él podría notarlo.
- Vamos allá- avisé por la red, y enconces, alcé el vuelo batiendo mis alas con fuerza pero intentando hacer un ascenso lo más delicado posible.
Cargaba con un considerable peso al que no estaba acostumbrada, sin embargo, las ansias por obtener la recompensa de aquel esfuerzo- y de verme convertida en algo parecido a un "animal de carga/transporte- hicieron que me diera prisa y no pensase en el esfuerzo que hacía.
El cielo estaba tranquilo, y las corrientes de aire caliente facilitaban un poco la tarea de transportar todo aquello sobre mí. A lo lejos, podía vistumbrarse ya la Torre a la que nos dirigíamos.
- ¿Qué harás cuando lleguemos a la torre?- pregunté a Sai'el.
Pensé para mi que me gustaría que estubiera a mi lado durante la hibridación, al fin y al cabo, él había pasado también por aquello, y podría ayudarme a adecuarme a mi nuevo cuerpo. Estaba nerviosa, y supuse que él podría notarlo.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Las poderosas alas y el cuerpo de Koralie ascendía, y al poco rato ya observábamos la gran Torre de Drackwen. Con mis ojos humanos no llegaba a avistar bien si el mago estaría en el balcón en el que estuvieron Eissen y la hembra shek, pero tal vez, daba igual.
¿Sabrá Koralie lo que llegará a hacer?, me pregunté. Mientras me hice esa pregunta, mi compañera me preguntó otra pregunta. Una muy importante, para que tenía una respuesta ruda y tosca; de sensaciones que me traerían la perdición de la búsqueda del híbrido de dragón que masacró a mi familia.
¿Ciertamente?-comencé a hablar por la red- Mi camino seguiría la oscuridad de la guerra que condena a toda la raza shek. Supondrá mi destrucción. No estoy en un estado muy favorecido para mí...
Callé al decir aquéllo. Era abrirse demasiado, pero lo pensé y resolví con una leve explicación moral de que no tenía nada que esconder.
Podría seguir a tu lado, mientras se realiza la hibridación, le dije, luego ya veremos...
Lo último lo dije en un tono para transmitir una broma, y aún así, sonreí.
¿Sabrá Koralie lo que llegará a hacer?, me pregunté. Mientras me hice esa pregunta, mi compañera me preguntó otra pregunta. Una muy importante, para que tenía una respuesta ruda y tosca; de sensaciones que me traerían la perdición de la búsqueda del híbrido de dragón que masacró a mi familia.
¿Ciertamente?-comencé a hablar por la red- Mi camino seguiría la oscuridad de la guerra que condena a toda la raza shek. Supondrá mi destrucción. No estoy en un estado muy favorecido para mí...
Callé al decir aquéllo. Era abrirse demasiado, pero lo pensé y resolví con una leve explicación moral de que no tenía nada que esconder.
Podría seguir a tu lado, mientras se realiza la hibridación, le dije, luego ya veremos...
Lo último lo dije en un tono para transmitir una broma, y aún así, sonreí.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Ver la torre me hacía volar rauda hacia mi destino, hacia una decisión que, posiblemente, para los sheks no sería una buena idea, pero sí lo era para mí. Era completamente consciente de que en breves instantes cambiaría mi modo de vida, y de que a pesar de mi naturaleza, y el orgullo que sentía por pertenecer a mi raza, el hecho de hibridarme por propia voluntad sería malinterpretado por muchos otros. Sentí algo de miedo al darme cuenta de que no me importaba, e inconscientemente, había cerrado mi mente a la comunicación con otros sheks. Estaba ahí, ellos podían saberlo, pero no podían llegar a lo que yo pensaba o sentía. Nadie excepto Sai'el, porque por alguna extraña razón, estaba allí, conmigo, metido en una misión que ni siquiera era la suya.
Sentía el desagradable tacto de la sangrecaliente que había elegido, tumbada sobre mi lomo. Sus latidos eran tenues y ralentizados, si había hecho bien mi trabajo, y estaba segura de que era así, había destrozado su mente, y por ello, cuando su alma y la mia fuesen una, la personalidad que ella hubiese podido tener no interferirían con que, en ambos cuerpos, se cumpliese mi voluntad.
Estaba perdida en mis pensamientos, y no hablé con Sai'el, aunque le dejé sentir mi gratitud por acompañarme en mi transformación. Como él había dicho, después de eso... "ya veríamos". Me pareció divertido.
Tracé un par de círculos alrededor de la torre descendiendo lentamente. Y bajamos al balcón donde anteriormente habíamos tenido una conversación con el mago. No nos esperaba nadie, pero el mago estaba sentado en una especie de trono de mármol negro mirando hacia el exterior, no hizo ningún gesto cuando nos vio llegar. Repté hacia el interior de la gran sala.
- Aquí tienes un cuerpo y tu pago por la hibridación- siseé, sin considerar necesario decir nada más.
Sentía el desagradable tacto de la sangrecaliente que había elegido, tumbada sobre mi lomo. Sus latidos eran tenues y ralentizados, si había hecho bien mi trabajo, y estaba segura de que era así, había destrozado su mente, y por ello, cuando su alma y la mia fuesen una, la personalidad que ella hubiese podido tener no interferirían con que, en ambos cuerpos, se cumpliese mi voluntad.
Estaba perdida en mis pensamientos, y no hablé con Sai'el, aunque le dejé sentir mi gratitud por acompañarme en mi transformación. Como él había dicho, después de eso... "ya veríamos". Me pareció divertido.
Tracé un par de círculos alrededor de la torre descendiendo lentamente. Y bajamos al balcón donde anteriormente habíamos tenido una conversación con el mago. No nos esperaba nadie, pero el mago estaba sentado en una especie de trono de mármol negro mirando hacia el exterior, no hizo ningún gesto cuando nos vio llegar. Repté hacia el interior de la gran sala.
- Aquí tienes un cuerpo y tu pago por la hibridación- siseé, sin considerar necesario decir nada más.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Cuando Koralie empezó a arrastrar su largo cuerpo de serpiente alada, yo bajé de su lomo, cogiendo en brazos a la chica con pinta de feérica para que no se cayese. Hecho esto, caminé un poco detrás del cuerpo de la hembra shek, apartándome dos metros de distancia, para que el mago que realizaría el ritual de hibridación viera el cuerpo de la chica que Koralie había elegido sin saber yo cómo.
Mientras dejaba el cuerpo de la muchacha en el suelo frío, delicadamente y muy despacio, saqué de los bolsillos interiores de mis ropones blancos la esfera que acompañaba a la base. Y ésta la dejé en el suelo, al lado del cuerpo de la sangrecaliente.
No murmuré ni le hablé a la mente al mago o al alquimista, o lo que fuese. Pues gente así era ambiciosa y poco de fiar.
El alquimista sentado en el trono observó con sumo interés el pago que pidió a los sheks por la hibridación. De pronto, se abrió una puerta por la que entraron tres siervos o ayudantes, ya que sus ropas eran oscuras y poco cuidadas, con la pinta de ser harapos antes que ropa de personas dignas.
Con un ademán de la mano del hombre del trono, los siervos se dispusieron a recoger la esfera y la base, para irse de la gran sala en la que estaban los sheks visitantes y volver para dibujar un hexágono con tiza, añadiendo runas mágicas que los visitantes no llegaban a entender pero sí notar el poder que desprendían al acabar de estar dibujadas.
-¿Estás preparada, serpiente alada?-le preguntó, maliciosamente el alquimista, con una gran sonrisa en los labios.
Estaré aquí hasta que acabe todo, le dije a Koralie por la red.
Seguramente, cuando vaya por primera vez al cuerpo de la feérica, necesitará un poco de ayuda para que se acostumbrase y aprender lo que tuviera que aprender para saber manejar su nuevo cuerpo, pensé.
Mientras dejaba el cuerpo de la muchacha en el suelo frío, delicadamente y muy despacio, saqué de los bolsillos interiores de mis ropones blancos la esfera que acompañaba a la base. Y ésta la dejé en el suelo, al lado del cuerpo de la sangrecaliente.
No murmuré ni le hablé a la mente al mago o al alquimista, o lo que fuese. Pues gente así era ambiciosa y poco de fiar.
El alquimista sentado en el trono observó con sumo interés el pago que pidió a los sheks por la hibridación. De pronto, se abrió una puerta por la que entraron tres siervos o ayudantes, ya que sus ropas eran oscuras y poco cuidadas, con la pinta de ser harapos antes que ropa de personas dignas.
Con un ademán de la mano del hombre del trono, los siervos se dispusieron a recoger la esfera y la base, para irse de la gran sala en la que estaban los sheks visitantes y volver para dibujar un hexágono con tiza, añadiendo runas mágicas que los visitantes no llegaban a entender pero sí notar el poder que desprendían al acabar de estar dibujadas.
-¿Estás preparada, serpiente alada?-le preguntó, maliciosamente el alquimista, con una gran sonrisa en los labios.
Estaré aquí hasta que acabe todo, le dije a Koralie por la red.
Seguramente, cuando vaya por primera vez al cuerpo de la feérica, necesitará un poco de ayuda para que se acostumbrase y aprender lo que tuviera que aprender para saber manejar su nuevo cuerpo, pensé.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
El alquimista nos esperaba sentado en su trono. No había en mi interior nervios, estaba demasiado cerca del momento clave como para sentirlo. Tampoco miedo, ni dudas. Ese sería el siguiente paso que daría en mi vida, pesase a quien pesase.
El alquimista no me transmitía confianza, pero ¿qué otra opción tenía? Me limité a confiar en que, al recibir el pago, todo estaría en orden y haría su trabajo. Por muy altivos y soberbios que fuesen los sangrecaliente, no osaban causar ira en los hijos del Séptimo, al menos, no en los sheks, equiparables a sus amadísimos dragones. Sonreí para mis adentros- hacerlo hacia el exterior era imposible para un shek, al menos físicamente- y continué avanzando mientras Sai'el desmontaba de mi lomo, bajando también a la mestiza y mostrando a aquel tirano el pago.
Entraron varios ayudantes, o criados, o esclavos... ¿quién comprende del todo a los magos y sus extrañas costumbres, carentes de sentido? Ellos fueron los encargados de prepararlo todo para el ritual, un hexágono perfecto, que demostraba que estaban bastante acostumbrados a hacer todo aquello. Las runas que colocaron a su alrededor emitían una energía que me resultaba desagradable, sin duda, tendría algo de relación con los Seis, y no debía olvidar que mi esencia era completamente opuesta a la suya.
El mago me preguntó si estaba preparada, llamándome "serpiente alada".
- Nací preparada, bípedo- no pude ocultar mi antipatía hacia él. Pero aquello no era una reunión social, si no una transacción de negocios.
Sai'el me transmitió que estaría a mi lado durante el proceso, lo que me agradó.
Gracias- dije con sinceridad por la red, dejando fuera al alquimista y a los que preparaban lo demás-. Puede que cuando acabe todo esto, me lo meriende. Quizás así, los sangrecaliente tengan algo que agradecerme. No me fio del todo de este tipo.
El alquimista no me transmitía confianza, pero ¿qué otra opción tenía? Me limité a confiar en que, al recibir el pago, todo estaría en orden y haría su trabajo. Por muy altivos y soberbios que fuesen los sangrecaliente, no osaban causar ira en los hijos del Séptimo, al menos, no en los sheks, equiparables a sus amadísimos dragones. Sonreí para mis adentros- hacerlo hacia el exterior era imposible para un shek, al menos físicamente- y continué avanzando mientras Sai'el desmontaba de mi lomo, bajando también a la mestiza y mostrando a aquel tirano el pago.
Entraron varios ayudantes, o criados, o esclavos... ¿quién comprende del todo a los magos y sus extrañas costumbres, carentes de sentido? Ellos fueron los encargados de prepararlo todo para el ritual, un hexágono perfecto, que demostraba que estaban bastante acostumbrados a hacer todo aquello. Las runas que colocaron a su alrededor emitían una energía que me resultaba desagradable, sin duda, tendría algo de relación con los Seis, y no debía olvidar que mi esencia era completamente opuesta a la suya.
El mago me preguntó si estaba preparada, llamándome "serpiente alada".
- Nací preparada, bípedo- no pude ocultar mi antipatía hacia él. Pero aquello no era una reunión social, si no una transacción de negocios.
Sai'el me transmitió que estaría a mi lado durante el proceso, lo que me agradó.
Gracias- dije con sinceridad por la red, dejando fuera al alquimista y a los que preparaban lo demás-. Puede que cuando acabe todo esto, me lo meriende. Quizás así, los sangrecaliente tengan algo que agradecerme. No me fio del todo de este tipo.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
La respuesta de Koralie por la red me resultó divertida, tanto, como para hacerme sonreír y dejar la seriedad a un lado. Pero para lo que se avecinaba, no podía sonreír como si ése momento no llegase nunca.
Lo mío no es vivir en la fantasía, recordé un antiguo dicho de un shek viejo que se encargó de mí cuando aún era una cría que no sabía volar ni comunicarse bien.
Si lo haces, no sé cómo te quedará el aliento después, le comenté con guasa por la red.
El alquimista aún miraba con una cara de completa satisfacción, después de que pasasen unos pocos minutos, se levantó del trono de mármol y miró el suelo, justamente donde estaba el hexágono y las runas dibujadas. Con el lenguaje arcano idhunita, la tiza empleada para dibujar el hexágono, se volvió más blanca y casi parecía tener como la luz de alguno de los tres Soles de Idhún.
El mago se fue acercando al hexágono del suelo y cuando llegó, empezó a girar por los lados del gran dibujo arcano y murmurar frases en aquélla lengua. Hasta que en poco rato se sumió en el silencio.
-¡Poned el cuerpo de la chica en medio del hexágono!-indicó el alquimista con un grito, luego se volvió hacia la shek y el híbrido que iba con ella-. Debes rodear con tus anillos el hexágono, poniéndote encima de cada punto de la figura, menos la del centro claro está. Solamente así podrás tener lo que deseas.
Lo mío no es vivir en la fantasía, recordé un antiguo dicho de un shek viejo que se encargó de mí cuando aún era una cría que no sabía volar ni comunicarse bien.
Si lo haces, no sé cómo te quedará el aliento después, le comenté con guasa por la red.
El alquimista aún miraba con una cara de completa satisfacción, después de que pasasen unos pocos minutos, se levantó del trono de mármol y miró el suelo, justamente donde estaba el hexágono y las runas dibujadas. Con el lenguaje arcano idhunita, la tiza empleada para dibujar el hexágono, se volvió más blanca y casi parecía tener como la luz de alguno de los tres Soles de Idhún.
El mago se fue acercando al hexágono del suelo y cuando llegó, empezó a girar por los lados del gran dibujo arcano y murmurar frases en aquélla lengua. Hasta que en poco rato se sumió en el silencio.
-¡Poned el cuerpo de la chica en medio del hexágono!-indicó el alquimista con un grito, luego se volvió hacia la shek y el híbrido que iba con ella-. Debes rodear con tus anillos el hexágono, poniéndote encima de cada punto de la figura, menos la del centro claro está. Solamente así podrás tener lo que deseas.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Me hizo gracia el comentario de mi conversación privada con Sai'el.
- Seguro que me indigesta y termino vomitando- zanjé el tema, y por alguna razón me alegré de que los rostros de los sheks fuesen completamente fríos e inexespresivos.
El alquimista comenzó a recitar unas extrañas palabras que no comprendí y los dibujos de tiza comenzaron a brillar de una forma extraña, desprendiendo aún más de aquella energía que apestaba a Los Seis por todos los sitios, y era igual de desagradable. Colocaron mi nuevo cuerpo en el centro, y me indicó cómo debía colocarme.
Le hice caso, enroscando mi cuerpo anillado sobre las marcas. Sentir la energía tan cerca, rozando la parte de abajo de mi cuerpo, me resultaba sumamente desagradable. Aún así, mantuve mi cabeza fría mientras aquel sangrecaliente continuaba murmurando sus palabras arcanas.
"Pronto pasará todo", me dije para darme ánimos. Dediqué una última mirada puramente shek a Sai'el, pronto sería como él.
- Seguro que me indigesta y termino vomitando- zanjé el tema, y por alguna razón me alegré de que los rostros de los sheks fuesen completamente fríos e inexespresivos.
El alquimista comenzó a recitar unas extrañas palabras que no comprendí y los dibujos de tiza comenzaron a brillar de una forma extraña, desprendiendo aún más de aquella energía que apestaba a Los Seis por todos los sitios, y era igual de desagradable. Colocaron mi nuevo cuerpo en el centro, y me indicó cómo debía colocarme.
Le hice caso, enroscando mi cuerpo anillado sobre las marcas. Sentir la energía tan cerca, rozando la parte de abajo de mi cuerpo, me resultaba sumamente desagradable. Aún así, mantuve mi cabeza fría mientras aquel sangrecaliente continuaba murmurando sus palabras arcanas.
"Pronto pasará todo", me dije para darme ánimos. Dediqué una última mirada puramente shek a Sai'el, pronto sería como él.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Mientras la shek enrollaba su cuerpo en cada punta del hexágono y el cuerpo de la chica permanecía en el centro del símbolo, el alquimista empezó a murmurar rápidamente en el lenguaje arcano el hechizo que uniría el alma de la shek con el alma de la muchacha.
Las líneas del hexágono brillaron con más fuerza e intensamente, como cuando nace un nuevo astro para iluminar el firmamento de la dimensión o espacio de éstos. Los cuerpos de la serpiente alada y la chica empezaron a un punto en que casi temblaban, pues el hechizo ya estaba expulsando el alma de la muchacha inconsciente fuera de su cuerpo, y un simple vistazo a los cuerpos parecía que nos les ocurriera nada, pero el mago se fijó en el cuerpo de la joven y éste parecía latir, a la vez que empezó a sudar.
Yo mismo observaba, con los pelos de punta, cómo empezaba una cosa espeluznante que viví y que ahora viviría mi compañera. No veía el alma, pues está claro que no se pueden ver cosas así, pero tanto los sheks, dragones e unicornios podíamos notar cosas así, aunque no pudiésemos verlas.
El cuerpo de la feérica empezó a desaparecer, como si chispease su propio ser, de fuera a dentro. Pequeñas chispas blancas surgían de él, hasta hacerlo desaparecer y en aquéllos momentos, las chispas blancas formaron una línea uniforme y se fueron dirigiendo al cuerpo de Koralie y sus escamas parecieron temblar en un sentido figurado, porque en la realidad, todo su cuerpo tembló y no pude evitar sentir impresión y susto por algo que podía ver y notar, pero no comprender cómo seres tan simples comos los sangrecaliente inferiores a los dragones, tenían ése poder.
El mago no dejó de murmurar hasta que las chispas desaparecieron de la vista del híbrido y de la suya. Asentía satisfecho, con una sonrisa, enseñando los dientes completamente amarillos y ahí se acabó su murmuración.
El hexágono brilló más intensamente que antes, dejando claro que ya había pasado lo peor y lo más difícil, pero solamente en unos instantes, la luz blanca se apagó de las líneas del símbolo.
Con insolencia, el mago hizo unas palmadas y volvieron a entrar los siervos con cubos llenos de agua y harapos que usaron como toallas para limpiar la tiza del suelo, y guiñó al híbrido.
Las líneas del hexágono brillaron con más fuerza e intensamente, como cuando nace un nuevo astro para iluminar el firmamento de la dimensión o espacio de éstos. Los cuerpos de la serpiente alada y la chica empezaron a un punto en que casi temblaban, pues el hechizo ya estaba expulsando el alma de la muchacha inconsciente fuera de su cuerpo, y un simple vistazo a los cuerpos parecía que nos les ocurriera nada, pero el mago se fijó en el cuerpo de la joven y éste parecía latir, a la vez que empezó a sudar.
Yo mismo observaba, con los pelos de punta, cómo empezaba una cosa espeluznante que viví y que ahora viviría mi compañera. No veía el alma, pues está claro que no se pueden ver cosas así, pero tanto los sheks, dragones e unicornios podíamos notar cosas así, aunque no pudiésemos verlas.
El cuerpo de la feérica empezó a desaparecer, como si chispease su propio ser, de fuera a dentro. Pequeñas chispas blancas surgían de él, hasta hacerlo desaparecer y en aquéllos momentos, las chispas blancas formaron una línea uniforme y se fueron dirigiendo al cuerpo de Koralie y sus escamas parecieron temblar en un sentido figurado, porque en la realidad, todo su cuerpo tembló y no pude evitar sentir impresión y susto por algo que podía ver y notar, pero no comprender cómo seres tan simples comos los sangrecaliente inferiores a los dragones, tenían ése poder.
El mago no dejó de murmurar hasta que las chispas desaparecieron de la vista del híbrido y de la suya. Asentía satisfecho, con una sonrisa, enseñando los dientes completamente amarillos y ahí se acabó su murmuración.
El hexágono brilló más intensamente que antes, dejando claro que ya había pasado lo peor y lo más difícil, pero solamente en unos instantes, la luz blanca se apagó de las líneas del símbolo.
Con insolencia, el mago hizo unas palmadas y volvieron a entrar los siervos con cubos llenos de agua y harapos que usaron como toallas para limpiar la tiza del suelo, y guiñó al híbrido.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
El ritmo de las palabras arcanas del alquimista aumentó, y solo podía escuchar un batiburrillo de cosas que no entendía. Poco a poco, la intensa y desagradable luz del hexágono comenzó a hacerse más y más intensa. La luz me cegó por un instante, pero me mantuve quieta y no moví la cabeza, como mi instinto me pedía, para proteger mis ojos. Tampoco me moví, a pesar del dolor que me causaba la luz, un dolor punzante, que sabía que no era físico, si no espiritual.
Cuando la luz se estabilizó, parando de aumentar, sentí cómo el alma de la mestiza inconsciente, su conciencia ahora apagada, se acercaba a mi. Sin embargo, cuando mi propia alma pareció empezar a abandonar mi cuerpo me sobresalté, aunque no me moví en absoluto. Por puro instinto luché contra ello, intentando mantenerla en mi interior, pero fue absolutamente inútil.
Entonces, sentí que mi alma se rompió, en mil minúsculos pedazos que parecieron dispararse por un momento, esparciéndose por el aire. No era algo que se pudiera ver, solo sentir. Mi alma estaba fragmentada en el plano físico, a pesar de ser algo invisible, aunque seguía manteniendo su unidad espiritual. Entonces, pude sentir cómo algo se unía con los pedazos de mi alma. Otros pedazos cálidos se repartían uniformemente entre aquellos que pertenecían a mi alma orginal. Comprendí que era el alma de la mestiza.
En ese mismo momento, reparé en el cuerpo de la mestiza, que chispeaba con intensidad, deshaciéndose en el aire, y tal como había sucedido con los pedazos de su alma, se acercaba a mi cuerpo. El contacto cuando las chispas alcanzaron mi cuerpo fue electrizante, y sentí cómo, automáticamente, mi cuerpo oponía resistencia a la invasión, sin ningún éxito. Cuando la última de las chispas hubo invadido mi cuerpo, llevándose con ella la presencia física de la mestiza de feérica y bárbaro, los pedazos de nuestras dos almas se quedaron absolutamente quietos un instante, como si el tiempo dejase de parar por una milésima de segundo. Después, se unieron de nuevo con rapidez, recuperando una unidad nueva, un alma nueva, que combinaba dos que hacía unos instantes habían sido autónomas, y de nuevo, se unieron a mi cuerpo de shek.
Todo quedó en silencio, y cuando las líneas brillantes del símbolo se apagaron, me sentí cansada como si hubiera peleado con cinco dragones a la vez. Haciendo un gran esfuerzo, repté hasta fuera del símbolo, acercándome a Sai'el.
- Sácame de aquí- le dije sin pensar mediante la red, con un tono y sentimiento que no reconocí como míos, y que no estaba segura de qué quería decir con aquellas palabras.
Cuando la luz se estabilizó, parando de aumentar, sentí cómo el alma de la mestiza inconsciente, su conciencia ahora apagada, se acercaba a mi. Sin embargo, cuando mi propia alma pareció empezar a abandonar mi cuerpo me sobresalté, aunque no me moví en absoluto. Por puro instinto luché contra ello, intentando mantenerla en mi interior, pero fue absolutamente inútil.
Entonces, sentí que mi alma se rompió, en mil minúsculos pedazos que parecieron dispararse por un momento, esparciéndose por el aire. No era algo que se pudiera ver, solo sentir. Mi alma estaba fragmentada en el plano físico, a pesar de ser algo invisible, aunque seguía manteniendo su unidad espiritual. Entonces, pude sentir cómo algo se unía con los pedazos de mi alma. Otros pedazos cálidos se repartían uniformemente entre aquellos que pertenecían a mi alma orginal. Comprendí que era el alma de la mestiza.
En ese mismo momento, reparé en el cuerpo de la mestiza, que chispeaba con intensidad, deshaciéndose en el aire, y tal como había sucedido con los pedazos de su alma, se acercaba a mi cuerpo. El contacto cuando las chispas alcanzaron mi cuerpo fue electrizante, y sentí cómo, automáticamente, mi cuerpo oponía resistencia a la invasión, sin ningún éxito. Cuando la última de las chispas hubo invadido mi cuerpo, llevándose con ella la presencia física de la mestiza de feérica y bárbaro, los pedazos de nuestras dos almas se quedaron absolutamente quietos un instante, como si el tiempo dejase de parar por una milésima de segundo. Después, se unieron de nuevo con rapidez, recuperando una unidad nueva, un alma nueva, que combinaba dos que hacía unos instantes habían sido autónomas, y de nuevo, se unieron a mi cuerpo de shek.
Todo quedó en silencio, y cuando las líneas brillantes del símbolo se apagaron, me sentí cansada como si hubiera peleado con cinco dragones a la vez. Haciendo un gran esfuerzo, repté hasta fuera del símbolo, acercándome a Sai'el.
- Sácame de aquí- le dije sin pensar mediante la red, con un tono y sentimiento que no reconocí como míos, y que no estaba segura de qué quería decir con aquellas palabras.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Ya no tenía los pelos de punta. Tampoco aquél sobrecogimiento al no poder saber y comprender aquéllas energías que los sangrecaliente dominaban y que a los sangrefría nos costaba.
La energía del hexágono desapareció de las líneas y éstas ya mermaron. Los siervos del alquimista o mago de la Torre de Drackwen, comenzaron con sus quehaceres de limpiar la gran sala del trono de mármol, donde el alquimista volvió a sentarse como si fuera un rey en la sala del trono.
Koralie no pareció haber salido de una pieza y a mí me pasó igual en su momento. Me sentí débil y destrozado, como ella misma estaría ahora. Había llegado a un punto en el que no podía volverse atrás.
Con un susurro en la red, ella me pidió que la sacara de aquí, y se fue acercando con el cuerpo de serpiente alada hacia a mí. No me gustaba cambiar de forma delante de desconocidos sangrecaliente, pues tenía mi orgullo y el desprecio de no enseñarles detalles que me afectarían si hubiera alguna contienda. Pero tenía que ayudarla mientras siguiera a su lado.
A pesar de que lleve poco tiempo con ellos, me dije mentalmente, son sheks y forman parte de mí, sin yo poder hacer nada.
Llevé a cabo mi transformación de humano a shek e hice que mi cuerpo se deslizase delante del cuerpo de
serpiente alada de mi compañera.
Intenta subir tu cuerpo y a mi lomo, le dije por la red, luego apoyate en mis alas replegadas.
La energía del hexágono desapareció de las líneas y éstas ya mermaron. Los siervos del alquimista o mago de la Torre de Drackwen, comenzaron con sus quehaceres de limpiar la gran sala del trono de mármol, donde el alquimista volvió a sentarse como si fuera un rey en la sala del trono.
Koralie no pareció haber salido de una pieza y a mí me pasó igual en su momento. Me sentí débil y destrozado, como ella misma estaría ahora. Había llegado a un punto en el que no podía volverse atrás.
Con un susurro en la red, ella me pidió que la sacara de aquí, y se fue acercando con el cuerpo de serpiente alada hacia a mí. No me gustaba cambiar de forma delante de desconocidos sangrecaliente, pues tenía mi orgullo y el desprecio de no enseñarles detalles que me afectarían si hubiera alguna contienda. Pero tenía que ayudarla mientras siguiera a su lado.
A pesar de que lleve poco tiempo con ellos, me dije mentalmente, son sheks y forman parte de mí, sin yo poder hacer nada.
Llevé a cabo mi transformación de humano a shek e hice que mi cuerpo se deslizase delante del cuerpo de
serpiente alada de mi compañera.
Intenta subir tu cuerpo y a mi lomo, le dije por la red, luego apoyate en mis alas replegadas.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Recuperé el pleno control de mis pensamientos de repente. ¿Yo había dicho eso? Me resultó patético, absoluta y ridículamente patético. El gesto de Sai'el, de ofrecerse para llevarme era amistoso, y loable. En cualquier otro momento, me habría sentido halagada de algo así, pero no en aquel, en el que mi orgullo estaba herido.
Saqué fuerzas, no se de dónde, pero lo hice y logré recomponerme. Alcé la cabeza y respondí a Sai'el de un modo algo más brusco del que el híbrido merecía.
- Gracias, pero creo que podré hacerlo sola. Vámonos- dije comenzando a reptar con rapidez hacia el balcón.
Necesitaba comer algo, y sabía que no llegaría muy lejos volando. Supuse que con llegar a alguno de los ríos cercanos sería suficiente. La visión del alquimista, sentado en su trono, me resultaba desagradable. Me daba demasiado asco hasta para comérmelo.
Subí mi cuerpo por la barandilla para dejarlo caer y abrir mis alas, así no tendría que hacer demasiado esfuerzo para conseguir volar. Antes de hacerlo, miré al alquimista una última vez, sacando mi lengua bífida varias veces con una mirada amenazante.
Mientras caía al vacío, con el aire despejándome al rozar todo mi cuerpo, me sentí extraña. Una sensación pequeña, e irracional, crecía dentro de mi. Algo que me decía que me alejase de allí. Antes de llegar al suelo, abrí las alas y las corrientes de aire me hicieron ascender. Solo entonces, recordé que no estaba sola, y busqué a Sai'el con la mirada.
Saqué fuerzas, no se de dónde, pero lo hice y logré recomponerme. Alcé la cabeza y respondí a Sai'el de un modo algo más brusco del que el híbrido merecía.
- Gracias, pero creo que podré hacerlo sola. Vámonos- dije comenzando a reptar con rapidez hacia el balcón.
Necesitaba comer algo, y sabía que no llegaría muy lejos volando. Supuse que con llegar a alguno de los ríos cercanos sería suficiente. La visión del alquimista, sentado en su trono, me resultaba desagradable. Me daba demasiado asco hasta para comérmelo.
Subí mi cuerpo por la barandilla para dejarlo caer y abrir mis alas, así no tendría que hacer demasiado esfuerzo para conseguir volar. Antes de hacerlo, miré al alquimista una última vez, sacando mi lengua bífida varias veces con una mirada amenazante.
Mientras caía al vacío, con el aire despejándome al rozar todo mi cuerpo, me sentí extraña. Una sensación pequeña, e irracional, crecía dentro de mi. Algo que me decía que me alejase de allí. Antes de llegar al suelo, abrí las alas y las corrientes de aire me hicieron ascender. Solo entonces, recordé que no estaba sola, y busqué a Sai'el con la mirada.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
El intento de ayudarla se vio frustrado por un carácter en ella que ya esperaba desde antes de ofrecerse a apoyarla. Aún así, la contestación brusca fue algo desagradable para mi parte humana, mientras que mi parte shek, mi verdadero ser, se encogió de tal manera en la que no podía hacer nada respecto a Koralie.
Comenzó a reptar y se tiró al vacío, entre la gran altura de la Torre de Drackwen. La observé sin hacer ningún acto, excepto cuando me decidí de una vez a seguir a mi compañera. Repté hasta el límite del balcón y en vez de tirarme como hizo Koralie, batí las alas con fuerza e inicié el vuelo en una corriente de aire cálido que procedía de la dirección donde se encontraba el bosque de Alis Lithban, el bosque de los unicornios.
Mi compañera me miró de una forma que no supe reconocer el sentimiento o si era de la espera que tenía que hacer algo o ir detrás de ella. Volé batiendo las alas con más fuerza con la que me lancé al aire y volar.
Me alzé unos diez metros por encima de Koralie y dediqué a dar círculos, recordando algún sitio cercano donde encontrar algo que comer que no fuera un sangrecaliente, ya fuese siervo, mago o feérico. No eran buenos aperitivos en comparación con los peces que engullí en el río Estid, en los reinos humanos.
¿Te sientes capaz de volar hacia el río Dor, al sur y dentro del bosque de Alis Lithban?, le pregunté mirando hacia el sur, en vez de mirar a la cara de la hembra.
Estará inestable durante muchas horas, pensé recordando mis propias reacciones cuando pasé por mi hibridación.
Comenzó a reptar y se tiró al vacío, entre la gran altura de la Torre de Drackwen. La observé sin hacer ningún acto, excepto cuando me decidí de una vez a seguir a mi compañera. Repté hasta el límite del balcón y en vez de tirarme como hizo Koralie, batí las alas con fuerza e inicié el vuelo en una corriente de aire cálido que procedía de la dirección donde se encontraba el bosque de Alis Lithban, el bosque de los unicornios.
Mi compañera me miró de una forma que no supe reconocer el sentimiento o si era de la espera que tenía que hacer algo o ir detrás de ella. Volé batiendo las alas con más fuerza con la que me lancé al aire y volar.
Me alzé unos diez metros por encima de Koralie y dediqué a dar círculos, recordando algún sitio cercano donde encontrar algo que comer que no fuera un sangrecaliente, ya fuese siervo, mago o feérico. No eran buenos aperitivos en comparación con los peces que engullí en el río Estid, en los reinos humanos.
¿Te sientes capaz de volar hacia el río Dor, al sur y dentro del bosque de Alis Lithban?, le pregunté mirando hacia el sur, en vez de mirar a la cara de la hembra.
Estará inestable durante muchas horas, pensé recordando mis propias reacciones cuando pasé por mi hibridación.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Pronto, Sai'el echó a volar también, pero un modo más elegante- y menos suicida - que el mío. Me sentía malhumorada, lo cual no dejaba de ser extraño en mí, que siempre me tomaba las cosas a broma, al menos, entre los míos.
"Pero ahora, ya no soy de los mios" pensé por un momento, dándome cuenta de que había otro ser ahora dentro de mi, de que ya nunca más sería una shek pura. Me tranquilicé al recordar que había aniquilado la mente de aquella mestiza antes de hibridarme con ella, así no interferiría en mi personalidad ni mis deseos.
Sai'el se puso a mi altura, y me dijo si creía que podría llegar hasta el río Dor. Afirmé sin pensarlo, no quedaba demasiado lejos, y parecía que el aire fresco estaba despejándome.
- ¿Es normal sentirse cansado y de mal humor cuando te hibridan?- pregunté mentalmente, pero en un tono bajo, como alicaído- Perdona mis palabras de antes... y el tono- me disculpé algo azorada al darme cuenta de no había sido justa con él-. Supongo que ha sido mi parte de sangrecaliente- siseé con ironía.
Aleteé un par de veces para elevarme un poco más. Y tal como pensaba, vi el río que había mencionado Sai'el. Me animé al calcular que con el viento empujándonos y permitiéndonos ir más rápido, no tardaríamos en llegar.
"Pero ahora, ya no soy de los mios" pensé por un momento, dándome cuenta de que había otro ser ahora dentro de mi, de que ya nunca más sería una shek pura. Me tranquilicé al recordar que había aniquilado la mente de aquella mestiza antes de hibridarme con ella, así no interferiría en mi personalidad ni mis deseos.
Sai'el se puso a mi altura, y me dijo si creía que podría llegar hasta el río Dor. Afirmé sin pensarlo, no quedaba demasiado lejos, y parecía que el aire fresco estaba despejándome.
- ¿Es normal sentirse cansado y de mal humor cuando te hibridan?- pregunté mentalmente, pero en un tono bajo, como alicaído- Perdona mis palabras de antes... y el tono- me disculpé algo azorada al darme cuenta de no había sido justa con él-. Supongo que ha sido mi parte de sangrecaliente- siseé con ironía.
Aleteé un par de veces para elevarme un poco más. Y tal como pensaba, vi el río que había mencionado Sai'el. Me animé al calcular que con el viento empujándonos y permitiéndonos ir más rápido, no tardaríamos en llegar.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Con todo, el viaje al río Dor no sería para nada lejano y seguramente, sería reconfortante sentir las frías aguas del río y engullir los peces que nadasen en él.
La actuación de Koralie no me había sorprendido, es más, era natural que hubiera actuado de una manera más a lo sangrecaliente que a la naturaleza de los sheks. Yo mismo estaba contaminado de ése carácter y no podía hacer nada para cambiarlo. Era shek y humano, a la vez que no era ninguna de las dos cosas del todo, ya no.
Dejé de batir las alas, aunque seguían desplegadas, surcando el viento cálido que había por encima de las copas de los árboles de Alis Lithban.
Hasta que el silencio cesó en mi mente cuando llegó la voz de Koralie con un sentimiento que no identifiqué del todo, pero podía intuirlo, aunque desconociera el nombre exacto.
Es normal, le contesté con suavidad, tu parte de la muchacha lucha contra tu parte de shek, aunque ahora forméis un solo ser. Debes entender que ahora tienes dos naturalezas opuestas, aunque a veces lleguen a estar de acuerdo entre sí, pero ahora estás entre dos mundos, como yo. Eres una entidad y a la vez dos.
Era algo difícil de explicar. Porque no había palabras para describir exactamente las sensaciones y pensamientos así. Por descontado, transmití mis recuerdos a su mente de cómo actuaba yo los primeros momentos después de mi hibridación: donde se cruzaba mi pasado de shek, el pasado del humano y la unión entre los dos, entre ellos las experiencias que viví.
Después de decirme aquéllo y de transmitirle esos recuerdos, ella se disculpó por el tono cortante de antes y volví a transmitirle un recuerdo de una sonrisa que no sabía calificar de nombre y que parecía más una mueca.
No tienes por qué pedir disculpas, le dije sinceramente y con una suavidad que parecía que se la llevase el viento.
La actuación de Koralie no me había sorprendido, es más, era natural que hubiera actuado de una manera más a lo sangrecaliente que a la naturaleza de los sheks. Yo mismo estaba contaminado de ése carácter y no podía hacer nada para cambiarlo. Era shek y humano, a la vez que no era ninguna de las dos cosas del todo, ya no.
Dejé de batir las alas, aunque seguían desplegadas, surcando el viento cálido que había por encima de las copas de los árboles de Alis Lithban.
Hasta que el silencio cesó en mi mente cuando llegó la voz de Koralie con un sentimiento que no identifiqué del todo, pero podía intuirlo, aunque desconociera el nombre exacto.
Es normal, le contesté con suavidad, tu parte de la muchacha lucha contra tu parte de shek, aunque ahora forméis un solo ser. Debes entender que ahora tienes dos naturalezas opuestas, aunque a veces lleguen a estar de acuerdo entre sí, pero ahora estás entre dos mundos, como yo. Eres una entidad y a la vez dos.
Era algo difícil de explicar. Porque no había palabras para describir exactamente las sensaciones y pensamientos así. Por descontado, transmití mis recuerdos a su mente de cómo actuaba yo los primeros momentos después de mi hibridación: donde se cruzaba mi pasado de shek, el pasado del humano y la unión entre los dos, entre ellos las experiencias que viví.
Después de decirme aquéllo y de transmitirle esos recuerdos, ella se disculpó por el tono cortante de antes y volví a transmitirle un recuerdo de una sonrisa que no sabía calificar de nombre y que parecía más una mueca.
No tienes por qué pedir disculpas, le dije sinceramente y con una suavidad que parecía que se la llevase el viento.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Puede que no fuese "de los míos" ya, que hubiera dejado de ser una shek, pero ahora podía considerarme "de los de Sai'el" al 100%. Algo es algo.
Mi mente continuaba unida a la red shek, sabía que aquellos de mi misma especie podían sentirme y saber que seguía allí, pero cerré aquellos conductos que podían dejarles entrever lo que sentía realmente. Ya pensaría más adelante cómo explicar todo aquello. Quizás una mentira me ahorraría tener que dar muchas explicaciones, incluso ser juzgada por haber tomado una decisión que los ancianos de mi especie considerarían una traición imperdonable. Ya pensaría en eso más adelante.
Sai'el dijo que no tenía que disculparme.
- Me siento mejor si lo hago- respondí con humildad, y era así. Ser alguien orgulloso es lo que tiene, tu corazón te grita que no te disculpes, pero tu mente te obliga a hacerlo cuando sabe que te has equivocado. Aquella característica mía siempre había sido más típica de los sangrecaliente que de los shek. Sí, admitámoslo, siempre he sido una shek algo peculiar.
Hasta el sonido de mi cascabel mientras me deslizaba por el aire sonaba como alicaído, por suerte, el río Dor se acercaba a nosotros a velocidad vertiginosa, y por primera vez en mi vida aprecié el regalo que nos había hecho el Séptimo al darnos la capacidad de volar, algo que los seres inferiores no podían descubrir por sí mismos.
Pensé en cómo me transformaría por primera vez en aquella mestiza, y en mi interior había cierto temor a hacerlo. ¿Me dolería, sentiría los sentimientos de aquella mestiza más intensamente que los míos, cambiaría algo? Ya lo descubriría más adelante.
Cuando el río estuvo debajo de mi, me lancé en picado, sintiendo cómo el agua fresca rodeaba mi cuerpo anillado. Fue una sensación vigorizante y, aunque el cambio de temperatura fue brusco, me sentó bien y pareció despejar mis sentimientos. Después de todo, los sheks somos animales vinculados con el gélido hielo.
Abrí mi boca y pude capturar algunos peces mientras me dejaba arrastrar por la corriente del río, utilizando mi cola como timón.
Mi mente continuaba unida a la red shek, sabía que aquellos de mi misma especie podían sentirme y saber que seguía allí, pero cerré aquellos conductos que podían dejarles entrever lo que sentía realmente. Ya pensaría más adelante cómo explicar todo aquello. Quizás una mentira me ahorraría tener que dar muchas explicaciones, incluso ser juzgada por haber tomado una decisión que los ancianos de mi especie considerarían una traición imperdonable. Ya pensaría en eso más adelante.
Sai'el dijo que no tenía que disculparme.
- Me siento mejor si lo hago- respondí con humildad, y era así. Ser alguien orgulloso es lo que tiene, tu corazón te grita que no te disculpes, pero tu mente te obliga a hacerlo cuando sabe que te has equivocado. Aquella característica mía siempre había sido más típica de los sangrecaliente que de los shek. Sí, admitámoslo, siempre he sido una shek algo peculiar.
Hasta el sonido de mi cascabel mientras me deslizaba por el aire sonaba como alicaído, por suerte, el río Dor se acercaba a nosotros a velocidad vertiginosa, y por primera vez en mi vida aprecié el regalo que nos había hecho el Séptimo al darnos la capacidad de volar, algo que los seres inferiores no podían descubrir por sí mismos.
Pensé en cómo me transformaría por primera vez en aquella mestiza, y en mi interior había cierto temor a hacerlo. ¿Me dolería, sentiría los sentimientos de aquella mestiza más intensamente que los míos, cambiaría algo? Ya lo descubriría más adelante.
Cuando el río estuvo debajo de mi, me lancé en picado, sintiendo cómo el agua fresca rodeaba mi cuerpo anillado. Fue una sensación vigorizante y, aunque el cambio de temperatura fue brusco, me sentó bien y pareció despejar mis sentimientos. Después de todo, los sheks somos animales vinculados con el gélido hielo.
Abrí mi boca y pude capturar algunos peces mientras me dejaba arrastrar por la corriente del río, utilizando mi cola como timón.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Como respuesta, ella me dijo que se sentía mejor haciéndolo. No dije nada, pero seguí mirando su rostro escamoso y los ojos de serpiente alada como los míos. Tampoco había gran cosa que decir respecto a eso. Así que me dediqué a asentir, como si estuviera conforme.
Cuando rápidamente ya estábamos encima del río Dor, Koralie se lanzó en picado al agua y parecía algo más calmada, pues no me hizo más preguntas sobre la hibridación o lo que vendría después.
Pronto tendrás que utilizar tu otro cuerpo, le mencioné con suavidad por la red, cuánto antes te acostumbres, será mejor.
En un aleteo de mis alas rasgadas, me puse a dar vueltas en el aire, bajando cada vez más hacia el suelo, o más bien, en la orilla del río. Llegué con suavidad y miré el agua cristalina e introduje mi cabeza de reptil en el líquido. Disfruté de la frialdad de la corriente y luego fui reptando hasta el centro del río, metiendo todo el cuerpo en el agua, haciendo justamente anillos con mi cola, para apoyar la cabeza y cerrar los ojos, sin llegar a dormir.
Cuando rápidamente ya estábamos encima del río Dor, Koralie se lanzó en picado al agua y parecía algo más calmada, pues no me hizo más preguntas sobre la hibridación o lo que vendría después.
Pronto tendrás que utilizar tu otro cuerpo, le mencioné con suavidad por la red, cuánto antes te acostumbres, será mejor.
En un aleteo de mis alas rasgadas, me puse a dar vueltas en el aire, bajando cada vez más hacia el suelo, o más bien, en la orilla del río. Llegué con suavidad y miré el agua cristalina e introduje mi cabeza de reptil en el líquido. Disfruté de la frialdad de la corriente y luego fui reptando hasta el centro del río, metiendo todo el cuerpo en el agua, haciendo justamente anillos con mi cola, para apoyar la cabeza y cerrar los ojos, sin llegar a dormir.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Sai'el afirmó que cuanto antes me acostumbrase al nuevo cuerpo, sería mejor. Pero sinceramente, no me sentía con demasiadas fuerzas como para verme dentro de un cuerpo sangrecaliente, al menos no hasta haber descansado un poco.
Al salir del agua, vi cómo Sai'el se colocaba para dormir, anillándose en una postura cómoda. Posiblemente, eso es lo que me hacía falta a mi también, habíamos pasado unas horas intensas e inesperadas, y aunque fuésemos seres superiores a los sangrecaliente, nosotros también nos cansábamos. En lugar de anillarme, repté hasta un gran árbol, rodeándolo con mi cuerpo para iniciar el ascenso.
Dejé mi cuerpo tendido entre las ramas, mirando hacia Sai'el. El sonido del agua ejercía sobre mí un efecto tranquilizador.
- Voy a descansar un poco- dije, por muy evidente que pudiese ser-. Ya probaré que tal me sienta tener extremidades más tarde- bromeé, antes de cerrar los ojos y perderme en las redes del sueño.
Al salir del agua, vi cómo Sai'el se colocaba para dormir, anillándose en una postura cómoda. Posiblemente, eso es lo que me hacía falta a mi también, habíamos pasado unas horas intensas e inesperadas, y aunque fuésemos seres superiores a los sangrecaliente, nosotros también nos cansábamos. En lugar de anillarme, repté hasta un gran árbol, rodeándolo con mi cuerpo para iniciar el ascenso.
Dejé mi cuerpo tendido entre las ramas, mirando hacia Sai'el. El sonido del agua ejercía sobre mí un efecto tranquilizador.
- Voy a descansar un poco- dije, por muy evidente que pudiese ser-. Ya probaré que tal me sienta tener extremidades más tarde- bromeé, antes de cerrar los ojos y perderme en las redes del sueño.
Invitado- Invitado
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