La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Llegó un momento en que me cansé de notar el agua deslizándose por todo mi cuerpo lleno de escamas. Estuve un buen rato, luego, repté de nuevo hacia la orilla y observé cómo dormía mi compañera.
Será más duro aún si lo retrasa... pero está claro que hasta nosotros necesitamos descansar, opiné, pensando que era una idea desagradable.
Me acerqué al límite del bosque y me coloqué entre cuatro árboles que impedirían -o harían el intento- de no dejar pasar a un dragón o a una comitiva muy numerosa de sangrecaliente. A su vez, entre éstos árboles había varios arbustos entre los que ocultarían a un niño humano como si nada. Claramente a mí no me cubrían, ya que mi cuerpo es de mayor tamaño y altura que de un niño sangrecaliente.
Aunque los sheks éramos conocidos como seres pacientes o, entre otros, muy pacientes, no podía esperar más y cerré los ojos. Dejando que el tiempo pasase más rápidamente sin tener que saber qué hora sería por la altura de los Soles. Hasta que yo también me dormí.
Será más duro aún si lo retrasa... pero está claro que hasta nosotros necesitamos descansar, opiné, pensando que era una idea desagradable.
Me acerqué al límite del bosque y me coloqué entre cuatro árboles que impedirían -o harían el intento- de no dejar pasar a un dragón o a una comitiva muy numerosa de sangrecaliente. A su vez, entre éstos árboles había varios arbustos entre los que ocultarían a un niño humano como si nada. Claramente a mí no me cubrían, ya que mi cuerpo es de mayor tamaño y altura que de un niño sangrecaliente.
Aunque los sheks éramos conocidos como seres pacientes o, entre otros, muy pacientes, no podía esperar más y cerré los ojos. Dejando que el tiempo pasase más rápidamente sin tener que saber qué hora sería por la altura de los Soles. Hasta que yo también me dormí.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
No tardé demasiado en dormirme, meciéndome en un sueño tranquilo y acogedor, que todo mi cuerpo shek agradeció. Un escalofrío recorrió cada una de mis vértebras, como un rayo, y abrí mis ojos tornasolados cuando el escalofrío llegó a mi cola y el movimiento hizo sonar mi cascabel.
Sentía una fina serpentina extremadamente cálida recorriendo todo mi cuerpo, por el interior. Tenía los músculos agarrotados, y aún a medio despertar no podía reaccionar como lo habría hecho de estar plenamente consciente. Intenté moverme, no pude.
La fina y larga sensación cálida de mi cuerpo estaba concentrándose, desapareciendo en mi cola, sumando esa energía cálida a la que había cerca de mi cabeza. Su alta temperatura había pasado de ser desagradable a hacerse insoportable. Abrí la boca en un intento desesperado por que el viento que soplaba consiguiese bajar mi temperatura: fue inútil.
Sai'el dormía en un pequeño claro, a unos cuantos metros. Me habría gustado avisarle, preguntarle si aquello era algo normal, o si, por el contrario, el alquimista había errado sus cálculos y algo había salido mal. Tampoco pude hacerlo, mi mente parecía bloqueada por el intenso muro de calor que lenta y dolorosamente iba haciéndose más denso.
Mi cuerpo, tendido entre las ramas yacía como falto de vida, pero en mi interior, todo se precipitaba. Era como si otro shek estuviese utilizando su telepatía para hacerme sentir todo aquello, era un dolor espiritual reflejado en algo físico. Moví mis ojos, pero pronto se nublaron, como si una niebla blanquecina se posase sobre ellos. Creo que perdí la conciencia, no podría asegurarlo, puede que a causa del dolor, o de aquella sensación de intenso calor. Solo sé que cuando pude volver a abrir los ojos, estaba tendida en el suelo, y sentí un intenso dolor en mi... ¿hombro?
Espera, espera... ¿hombro? Intenté ponerme en pie, y entonces vi mis manos, bueno, las manos de la mestiza con la que me había hibridado. Pequeñas, rosadas, cálidas. Subí la vista, haciéndome consciente de mis brazos, mis piernas y todo mi nuevo cubierto por finas telas vegetales. Era extraña la sensación de la ropa sobre mi cuerpo. Me puse en pie y llevé mis manos a mi rostro para acariciarlo: un rostro plano, suave y con una calidez que ya no me molestaba. Y por primera vez en mi vida, pude sonreir.
No duró mucho, algo así como un chispazo prendió en mi cerebro. Perdí el control, era consciente de todo, pero no podía dominarlo. Sentía, pero no a mi modo, con los sentimientos irracionales e impulsivos de los sangrecaliente. Luché por retomar el control, de forma inútil, mientras una sensación de miedo intentaba doblegar mi alma de naturaleza fría y tranquila, y lo más extraño, es que lo estaba consiguiendo.
Miré- miramos- hacia un lado, hacia donde descansaba Sai'el. Sentí el escalofrío recorriendo de nuevo mi espina dorsal, llegando esta vez hacia la mitad de mi cuerpo, hasta el hueso de la cadera. Por algún motivo, eché en falta el resto del recorrido. Eso no importó cuando sentí que el aire entraba en mis pulmones, forzando su capacidad, arrastrándose por dentro de mi garganta, haciéndome consciente de lo pequeña y frágil que era con esa apariencia.
Y sin poder evitarlo, grité- gritamos- con una voz aguda y potente. Un grito desgarrado de pánico, de terror, mientras sentía cómo las uñas se clavaban en la palma de mis manos y yo intentaba bloquear el deseo repentino de echar a correr.
Sentía una fina serpentina extremadamente cálida recorriendo todo mi cuerpo, por el interior. Tenía los músculos agarrotados, y aún a medio despertar no podía reaccionar como lo habría hecho de estar plenamente consciente. Intenté moverme, no pude.
La fina y larga sensación cálida de mi cuerpo estaba concentrándose, desapareciendo en mi cola, sumando esa energía cálida a la que había cerca de mi cabeza. Su alta temperatura había pasado de ser desagradable a hacerse insoportable. Abrí la boca en un intento desesperado por que el viento que soplaba consiguiese bajar mi temperatura: fue inútil.
Sai'el dormía en un pequeño claro, a unos cuantos metros. Me habría gustado avisarle, preguntarle si aquello era algo normal, o si, por el contrario, el alquimista había errado sus cálculos y algo había salido mal. Tampoco pude hacerlo, mi mente parecía bloqueada por el intenso muro de calor que lenta y dolorosamente iba haciéndose más denso.
Mi cuerpo, tendido entre las ramas yacía como falto de vida, pero en mi interior, todo se precipitaba. Era como si otro shek estuviese utilizando su telepatía para hacerme sentir todo aquello, era un dolor espiritual reflejado en algo físico. Moví mis ojos, pero pronto se nublaron, como si una niebla blanquecina se posase sobre ellos. Creo que perdí la conciencia, no podría asegurarlo, puede que a causa del dolor, o de aquella sensación de intenso calor. Solo sé que cuando pude volver a abrir los ojos, estaba tendida en el suelo, y sentí un intenso dolor en mi... ¿hombro?
Espera, espera... ¿hombro? Intenté ponerme en pie, y entonces vi mis manos, bueno, las manos de la mestiza con la que me había hibridado. Pequeñas, rosadas, cálidas. Subí la vista, haciéndome consciente de mis brazos, mis piernas y todo mi nuevo cubierto por finas telas vegetales. Era extraña la sensación de la ropa sobre mi cuerpo. Me puse en pie y llevé mis manos a mi rostro para acariciarlo: un rostro plano, suave y con una calidez que ya no me molestaba. Y por primera vez en mi vida, pude sonreir.
No duró mucho, algo así como un chispazo prendió en mi cerebro. Perdí el control, era consciente de todo, pero no podía dominarlo. Sentía, pero no a mi modo, con los sentimientos irracionales e impulsivos de los sangrecaliente. Luché por retomar el control, de forma inútil, mientras una sensación de miedo intentaba doblegar mi alma de naturaleza fría y tranquila, y lo más extraño, es que lo estaba consiguiendo.
Miré- miramos- hacia un lado, hacia donde descansaba Sai'el. Sentí el escalofrío recorriendo de nuevo mi espina dorsal, llegando esta vez hacia la mitad de mi cuerpo, hasta el hueso de la cadera. Por algún motivo, eché en falta el resto del recorrido. Eso no importó cuando sentí que el aire entraba en mis pulmones, forzando su capacidad, arrastrándose por dentro de mi garganta, haciéndome consciente de lo pequeña y frágil que era con esa apariencia.
Y sin poder evitarlo, grité- gritamos- con una voz aguda y potente. Un grito desgarrado de pánico, de terror, mientras sentía cómo las uñas se clavaban en la palma de mis manos y yo intentaba bloquear el deseo repentino de echar a correr.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Dormido como estaba, soñé con la matanza de mi infancia shek, donde el dragón rojo -el rastreador- mató a mis padres y a mis hermanos, hasta quedar yo y una hermana desaparecida.
Ante ése acontecimiento, el odio se apoderaba de mi mente y mi subconsciente, soñando con antiguas batallas entre serpientes aladas y dragones. Como si fuesen bailes de muerte que cada generación de las dos razas practicasen desde tiempos inmemoriales, y en verdad, así era, es y será.
Algo muy molesto, la voz vocal de algún ser que estaría cerca de mí, gritaba como un acto histérico. Abrí los ojos, pero antes de ver a la figura que estaba ante mí, a la que vi en pocos segundos, antes miré hacia el árbol donde tenía que estar Koralie, pero allí no se encontraba.
Con mis ojos, entornados con furia por ver a una sangrecaliente montando semejante griterío y siseando con una gran molestia aquélla voz vocal.
Miré con furia y atención, y vi que algunas ramas del árbol en que se había posado Koralie, estaban rotas y otras siguiendo ése camino y cayendo al suelo. Me di cuenta, en cuanto repté rápidamente en dirección a la criatura de los Seis, era el cuerpo de la chica en que mi compañera se hibridó.
Así que pasé de la furia que podía llegar a cegarme, a la comprensión de por qué veía el cuerpo de la chica feérica y no su verdadero cuerpo de serpiente alada.
Deja de gritar, le dije en su mente, pues estás pasando por algo muy normal... No eres la primera ni la última en pasar por ésta situación e intenta concentrarte en tu parte shek.
Ante ése acontecimiento, el odio se apoderaba de mi mente y mi subconsciente, soñando con antiguas batallas entre serpientes aladas y dragones. Como si fuesen bailes de muerte que cada generación de las dos razas practicasen desde tiempos inmemoriales, y en verdad, así era, es y será.
Algo muy molesto, la voz vocal de algún ser que estaría cerca de mí, gritaba como un acto histérico. Abrí los ojos, pero antes de ver a la figura que estaba ante mí, a la que vi en pocos segundos, antes miré hacia el árbol donde tenía que estar Koralie, pero allí no se encontraba.
Con mis ojos, entornados con furia por ver a una sangrecaliente montando semejante griterío y siseando con una gran molestia aquélla voz vocal.
Miré con furia y atención, y vi que algunas ramas del árbol en que se había posado Koralie, estaban rotas y otras siguiendo ése camino y cayendo al suelo. Me di cuenta, en cuanto repté rápidamente en dirección a la criatura de los Seis, era el cuerpo de la chica en que mi compañera se hibridó.
Así que pasé de la furia que podía llegar a cegarme, a la comprensión de por qué veía el cuerpo de la chica feérica y no su verdadero cuerpo de serpiente alada.
Deja de gritar, le dije en su mente, pues estás pasando por algo muy normal... No eres la primera ni la última en pasar por ésta situación e intenta concentrarte en tu parte shek.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
La voz de Sai'el creó en mi dos sensaciones opuestas de igual intensidad. Por un lado, atemorizó a mi nueva parte sangrecaliente, y por otra, mi parte shek solo pudo darle la razón. Conseguí cierta estabilidad, o equilibrio si lo quieres llamar así, mi alma shek se impuso de nuevo, y la presión de los puños cesó. Miré al shek, aún no se había movido, aunque parecía de mal humor.
Dí un par de pasos torpes con mis nuevas piernas, acercándome a donde él se encontraba. Notaba escozor en mi garganta por primera vez en mi vida, parecía que aquel agudo sonido que había salido de mi garganta segundos atrás dejaba represalias, y me pregunté si al hablar sucedería lo mismo.
Él había dicho que aquello era algo normal, que todos pasaban por eso, pero mis dos partes parecían pelear por controlar mi cuerpo en lugar de haberse unido por completo. Un eco resonaba en mi cabeza.
"Vámonos de aquí, por favor, vámonos, va a matarnos, vámonos..."
Evidentemente, no le hice caso y terminó por desaparecer, pero el corazón sangrecaliente sí parecía obedecer a esa voz y latía desenfrenado martilleando mi pecho. Continué acercándome a Sai'el, sintiendo que era pequeña y frágil. Me comuniqué utilizando la red shek, con mi voz de siempre, tan distinta a la que podía salir de la garganta de mi nuevo cuerpo.
- Siento el griterío, parece que esto es más complicado de lo que parecía- comenté con frialdad-. Es como si la sangrecaliente estuviese reviviendo o algo, y eso no debería de ser así, me encargué de aniquilar su mente para evitarme estas cosas... Quizás un celeste sepa qué diablos le pasa a la mestiza, y si la comprendo pueda domarla mejor.
Fue una afirmación algo instintiva, pero al analizarla fríamente después de compartirla con el híbrido, no me pareció mala idea.
Dí un par de pasos torpes con mis nuevas piernas, acercándome a donde él se encontraba. Notaba escozor en mi garganta por primera vez en mi vida, parecía que aquel agudo sonido que había salido de mi garganta segundos atrás dejaba represalias, y me pregunté si al hablar sucedería lo mismo.
Él había dicho que aquello era algo normal, que todos pasaban por eso, pero mis dos partes parecían pelear por controlar mi cuerpo en lugar de haberse unido por completo. Un eco resonaba en mi cabeza.
"Vámonos de aquí, por favor, vámonos, va a matarnos, vámonos..."
Evidentemente, no le hice caso y terminó por desaparecer, pero el corazón sangrecaliente sí parecía obedecer a esa voz y latía desenfrenado martilleando mi pecho. Continué acercándome a Sai'el, sintiendo que era pequeña y frágil. Me comuniqué utilizando la red shek, con mi voz de siempre, tan distinta a la que podía salir de la garganta de mi nuevo cuerpo.
- Siento el griterío, parece que esto es más complicado de lo que parecía- comenté con frialdad-. Es como si la sangrecaliente estuviese reviviendo o algo, y eso no debería de ser así, me encargué de aniquilar su mente para evitarme estas cosas... Quizás un celeste sepa qué diablos le pasa a la mestiza, y si la comprendo pueda domarla mejor.
Fue una afirmación algo instintiva, pero al analizarla fríamente después de compartirla con el híbrido, no me pareció mala idea.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Vi como el nuevo cuerpo de mi compañera se desenvolvía caminando unos pocos pasos hacia mí, algo tambaleantes. Su voz mental no había cambiado, pero ya se vería con su voz vocal.
Recuerda que sois dos y a la vez una, le avisé, antes debe acostumbrarse tu parte más fuerte, que en cada uno es diferente, pues el alma cambia completamente y el cuerpo de los sangrecaliente menores es difícil de manejar al principio o, al menos, eso me pasó a mí.
Para demostrarle ciertas cosas, cambié de forma, pero en mi interior no sabía si era buena idea. Aunque ella ya me conocía, tal vez, no lo bastante, pero sí una parte de mí y mi condición de híbrido de shek.
Así que en unos simples segundos, observé el mundo que me rodeaba a la altura de un joven humano de cabello algo corto y cano. En mi cara no había ninguna expresión, mis ojos lo decían todo con el brillo que tenían cuando me veía a mí mismo reflejado en las aguas o algún espejo.
-Con el tiempo sabrás aprender todo lo relacionado a tu nuevo cuerpo-le expliqué con mi voz vocal-. También tienes que asumir los recuerdos de tu otro ser, en el que estás ahora.
Recuerda que sois dos y a la vez una, le avisé, antes debe acostumbrarse tu parte más fuerte, que en cada uno es diferente, pues el alma cambia completamente y el cuerpo de los sangrecaliente menores es difícil de manejar al principio o, al menos, eso me pasó a mí.
Para demostrarle ciertas cosas, cambié de forma, pero en mi interior no sabía si era buena idea. Aunque ella ya me conocía, tal vez, no lo bastante, pero sí una parte de mí y mi condición de híbrido de shek.
Así que en unos simples segundos, observé el mundo que me rodeaba a la altura de un joven humano de cabello algo corto y cano. En mi cara no había ninguna expresión, mis ojos lo decían todo con el brillo que tenían cuando me veía a mí mismo reflejado en las aguas o algún espejo.
-Con el tiempo sabrás aprender todo lo relacionado a tu nuevo cuerpo-le expliqué con mi voz vocal-. También tienes que asumir los recuerdos de tu otro ser, en el que estás ahora.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Las palabras de Sai'el, que quizás cuando era una shek pura me habrían molestado por considerarlas "demasiado autoritarias" me ayudaron a centrarme y tomar las riendas de aquel cuerpo nuevo, dejando que el alma mestiza solo controlase las funciones automáticas, como dar aquellos pasos o utilizar mi voz vocal por primera vez.
- Estoy mejor- el timbre era claro y limpio, algo agudo sin resultar estridente. No estaba mal del todo, aunque los límites físicos de aquel cuerpo resultaban angostos para mi alma shek, y escuchar aquella voz saliendo de mi garganta era algo extraño y nuevo para mi.
Cuando se transformó en humano, Sai'el mencionó que debía asumir los recuerdos, unos recuerdos que no eran míos, o que no habían sido míos pero ahora sí lo eran. Lo de la hibridación era más complicado de lo que parecía, y el hecho de no poder autoexplorar mi nueva personalidad hacía más complicado el proceso. Estaba dentro de mí, pero no quería dejar salir a mi parte sangrecaliente, no hasta que como shek estuviera segura de poder controlarla, y de momento, tenía suficiente con acostumbrarme a aquel nuevo cuerpo.
- Vayamos caminando hacia el este- propuse- quizás así pueda sentirme algo más cómoda y comience a adaptarme a este cuerpo.
- Estoy mejor- el timbre era claro y limpio, algo agudo sin resultar estridente. No estaba mal del todo, aunque los límites físicos de aquel cuerpo resultaban angostos para mi alma shek, y escuchar aquella voz saliendo de mi garganta era algo extraño y nuevo para mi.
Cuando se transformó en humano, Sai'el mencionó que debía asumir los recuerdos, unos recuerdos que no eran míos, o que no habían sido míos pero ahora sí lo eran. Lo de la hibridación era más complicado de lo que parecía, y el hecho de no poder autoexplorar mi nueva personalidad hacía más complicado el proceso. Estaba dentro de mí, pero no quería dejar salir a mi parte sangrecaliente, no hasta que como shek estuviera segura de poder controlarla, y de momento, tenía suficiente con acostumbrarme a aquel nuevo cuerpo.
- Vayamos caminando hacia el este- propuse- quizás así pueda sentirme algo más cómoda y comience a adaptarme a este cuerpo.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Ahora oí la voz de la propia Koralie, o la voz que perteneció a la sangrecaliente. Aún así, fue agradable oírla, pero se me hizo extraño ver a uno de los míos. Ya que ahora era una híbrida; porque dejó la pureza de la que procedió como a la que pertenecí yo.
Eso llegó a sorprenderme aún más, que hubiera dado el paso, que había creído y que aún me había costado creer. Pero aún así, ahora estábamos en el presente. Un presente que yo estaba dispuesto a decidir sobre mi destino y volver a hacer a los sheks un lugar mejor que Nanhai, en todo el continente de Idhún.
Con la aclaración de mi compañera, asentí sin decir palabra y ella propuso de caminar hacia el este. ¿La razón? ¿Por qué razón ir hacia Celestia?
No lo sabía y no tenía ganas de pensar en las varias hipótesis que había. Así que le comuniqué por la red telepática: vamos.
Eso llegó a sorprenderme aún más, que hubiera dado el paso, que había creído y que aún me había costado creer. Pero aún así, ahora estábamos en el presente. Un presente que yo estaba dispuesto a decidir sobre mi destino y volver a hacer a los sheks un lugar mejor que Nanhai, en todo el continente de Idhún.
Con la aclaración de mi compañera, asentí sin decir palabra y ella propuso de caminar hacia el este. ¿La razón? ¿Por qué razón ir hacia Celestia?
No lo sabía y no tenía ganas de pensar en las varias hipótesis que había. Así que le comuniqué por la red telepática: vamos.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Después de que Sai'el aceptase que emprendiésemos el camino, comencé a mover mis piernas para dar un paso tras otro tras otro. Era una sensación extraña: la verticalidad, sentir aquellos huesos y músculos como míos, y utilizarlos para desplazarme caminando y no reptando, como había hecho toda la vida.
Las cosas se veían grandes a mi alrededor, más grandes de lo que se veían desde mis ojos de serpiente. No hablé durante un buen rato, no era necesario. El alma de la mestiza parecía haberse aletargado en mi interior, haciendo más sencillo habitar aquel nuevo cuerpo, que ahora, era mío.
- Los alquimistas no han sido capaces de conseguir fusionar dos cuerpos eliminando una de las almas, al menos, eso dicen- comenté, pensando en la hibridación-. Son unos inútiles.
Porque aunque el alma de la mestiza no pugnaba por tomar el control como antes, la notaba dentro del cuerpo, conmigo, haciendo una pequeña presión en el centro de mi pecho. Era una sensación espiritual más que física, como cuando sientes hambre y una punzada en el estómago, que no llega a doler, pero molesta.
Las cosas se veían grandes a mi alrededor, más grandes de lo que se veían desde mis ojos de serpiente. No hablé durante un buen rato, no era necesario. El alma de la mestiza parecía haberse aletargado en mi interior, haciendo más sencillo habitar aquel nuevo cuerpo, que ahora, era mío.
- Los alquimistas no han sido capaces de conseguir fusionar dos cuerpos eliminando una de las almas, al menos, eso dicen- comenté, pensando en la hibridación-. Son unos inútiles.
Porque aunque el alma de la mestiza no pugnaba por tomar el control como antes, la notaba dentro del cuerpo, conmigo, haciendo una pequeña presión en el centro de mi pecho. Era una sensación espiritual más que física, como cuando sientes hambre y una punzada en el estómago, que no llega a doler, pero molesta.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Mientras caminábamos hacia el Este, dejé que mi compañera, en su nuevo cuerpo, avanzase y se pusiera por delante de mí. No caminábamos por ningún camino hecho por los sangrecaliente, y simplemente nos desplazábamos entre los árboles más alejados del bosque de Drackwen, desde donde empezamos el camino que nos llevaría a Celestia o cualquier otro punto de Idhún.
El objetivo está claro, me dije, aunque dejé que Koralie pudiera oír mis pensamientos, seguiré la búsqueda por el Este y luego, tal vez vuelva al norte... y te encontraré... Rojo... ante ti hallaré tu muerte o la mía.
Lo pensé con una furia que muchas veces me controlaba, difícilmente de ocultarla, ni si quiera lo lograba. Y la parte humana que tengo en mí no lo fastidia del todo, pero estaba harto de reacciones así. Poco naturales en una serpiente alada, pero a la vez no era un shek, sino una serpiente alada con un alma humana.
Dos cuerpos, dos almas, pensé.
Luego, cuando Koralie mencionó que los alquimistas eran unos inútiles, no se lo discutí, ni le hice ninguna mención.
Pero le hablé sobre posibles teorías:
-Los dioses, ya siendo los malditos Seis, o nuestro dios, el Séptimo, son descabellados e incomprensibles para nosotros. La ley de las almas no podemos llegar a entender, para algo son dioses, aunque los Seis sean unos malditos que quieren condenar a los sangrefría... Pero gracias a ésa segunda entidad que tienes ahora, puedes hacer cosas que los sheks puros no pueden, y pienso que, en parte, perder esa alma humana sería un desperdicio...
El objetivo está claro, me dije, aunque dejé que Koralie pudiera oír mis pensamientos, seguiré la búsqueda por el Este y luego, tal vez vuelva al norte... y te encontraré... Rojo... ante ti hallaré tu muerte o la mía.
Lo pensé con una furia que muchas veces me controlaba, difícilmente de ocultarla, ni si quiera lo lograba. Y la parte humana que tengo en mí no lo fastidia del todo, pero estaba harto de reacciones así. Poco naturales en una serpiente alada, pero a la vez no era un shek, sino una serpiente alada con un alma humana.
Dos cuerpos, dos almas, pensé.
Luego, cuando Koralie mencionó que los alquimistas eran unos inútiles, no se lo discutí, ni le hice ninguna mención.
Pero le hablé sobre posibles teorías:
-Los dioses, ya siendo los malditos Seis, o nuestro dios, el Séptimo, son descabellados e incomprensibles para nosotros. La ley de las almas no podemos llegar a entender, para algo son dioses, aunque los Seis sean unos malditos que quieren condenar a los sangrefría... Pero gracias a ésa segunda entidad que tienes ahora, puedes hacer cosas que los sheks puros no pueden, y pienso que, en parte, perder esa alma humana sería un desperdicio...
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Escuché los pensamientos de Sai'el, y me alegré de que pudiéramos comunicarnos así aún en nuestras formas sangrecaliente. Había rencor en su interior, ansias de venganza sin que le importase que pudiera costarle la vida. Consideraba aquel tipo de sentimientos nobles, ya que no hay nada más justo que la venganza.
- Supongo que querrás hacerlo solo, pero si quieres ayuda para llegar hasta él, podría ayudarte. Siempre se me ha dado bien encontrar a gente, pero la venganza debe ser algo que hagas solo- sentencié utilizando mi voz vocal, intentando acostumbrarme a ella, aunque siseaba al pronunciar las palabras y alargaba las sílabas finales.
Sai'el consideraba poco práctico perder un alma humana, aunque en aquellos momentos yo habría sido feliz de haber podido deshacerme del alma de la mestiza, aunque tuviera que aprender a manejar aquel cuerpo de la nada. No me parecía tan difícil. Utilizando mis sentidos shek, guiaba nuestro camino hacia Celestia. Siempre había querido visitar aquel lugar, pero nunca lo había hecho. Los humanos son más fáciles de burlar que los celestes, y siempre es más seguro permanecer ocultos.
- Cuando anochezca, podremos volar como sheks- comenté. Así sería más rápido llegar a nuestro destino.
- Supongo que querrás hacerlo solo, pero si quieres ayuda para llegar hasta él, podría ayudarte. Siempre se me ha dado bien encontrar a gente, pero la venganza debe ser algo que hagas solo- sentencié utilizando mi voz vocal, intentando acostumbrarme a ella, aunque siseaba al pronunciar las palabras y alargaba las sílabas finales.
Sai'el consideraba poco práctico perder un alma humana, aunque en aquellos momentos yo habría sido feliz de haber podido deshacerme del alma de la mestiza, aunque tuviera que aprender a manejar aquel cuerpo de la nada. No me parecía tan difícil. Utilizando mis sentidos shek, guiaba nuestro camino hacia Celestia. Siempre había querido visitar aquel lugar, pero nunca lo había hecho. Los humanos son más fáciles de burlar que los celestes, y siempre es más seguro permanecer ocultos.
- Cuando anochezca, podremos volar como sheks- comenté. Así sería más rápido llegar a nuestro destino.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
El comentario y ofrecimiento de Koralie, me sorprendió, a sabiendas de que implicarse en algo así era peligroso a integridad física. Me puse a pensar en qué podría hacer ante un dragón rojo más viejo que yo, tal vez sería más inteligente, pero un dragón era todo fuerza bruta. Pero no me importaba mi propia vida, o un poco pero no demasiado.
Me dispuse a responder a Koralie por la red:
Estoy dispuesto a aceptar ayuda, provenga de quién venga, pero ten en cuenta, que si ése dragón se ha ocultado tan bien que ni si quiera yo lo he encontrado, será difícil y peligroso...
Callé al tener ideas peligrosas, tanto para mí como para mi compañera y de pronto, una idea casi nada peligrosa, pero sí psicópata emergió en mi mente, y volví a hablar, pero con mi voz y no con el pensamiento.
-Celestia puede ser un lugar para ocultarse. Pues los celestes guardan muy bien los secretos, ¿verdad? Pues empezaré un rastreo de nuevo, y si han de morir más sangrecaliente... morirán...
Me dispuse a responder a Koralie por la red:
Estoy dispuesto a aceptar ayuda, provenga de quién venga, pero ten en cuenta, que si ése dragón se ha ocultado tan bien que ni si quiera yo lo he encontrado, será difícil y peligroso...
Callé al tener ideas peligrosas, tanto para mí como para mi compañera y de pronto, una idea casi nada peligrosa, pero sí psicópata emergió en mi mente, y volví a hablar, pero con mi voz y no con el pensamiento.
-Celestia puede ser un lugar para ocultarse. Pues los celestes guardan muy bien los secretos, ¿verdad? Pues empezaré un rastreo de nuevo, y si han de morir más sangrecaliente... morirán...
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Escuché las palabras de Sai'el sobre el dragón. Él no lo sabía, pero yo siempre había sido una buena rastreadora, porque pocos sheks habían viajado tanto como yo, y eso implicaba esconderme de todas las molestas criaturas de los Seis. Si era buena escondiéndome, y conocía todos los trucos... bueno, sabía pensar como alguien que se esconde. Aún así no dije nada, aunque segura de mis capacidades, no podría soportar el hecho de que después fuese tan escurridizo como él decía y no pudiera encontrarlo.
Se quedó en silencio un rato, mientras nuestros pasos nos guiaban hacia Celestia. Lo consideraba un buen lugar para ocultarse, y dijo que si habían de morir sangrecaliente para que pudieramos encontrar a su dragón lo harían. Sonreí por primera vez con mi rostro humano ante su declaración. El alma de la mestiza había cesado de molestarme, y esperé que así fuese para siempre.
- Los celestes son fáciles de manipular- comenté-, coge por el cuello a un estúpido animal y será como si les estuvieras arrancando la piel- comenté. Los celestes siempre habían despertado mi curiosidad, y por eso había observado sus movimientos muchas veces. Los conocía- Pero si quieres ir a lo bestia, dejando las sutilezas a un lado, no tienes problema, porque sabes que no sé empatizar con el dolor ajeno.
No tenía problemas con la muerte, porque después de haber vivido la muerte de mi padre me sabía capaz de ver y presenciar cualquier otra muerte sin alterarme. Incluso la mía.
Se quedó en silencio un rato, mientras nuestros pasos nos guiaban hacia Celestia. Lo consideraba un buen lugar para ocultarse, y dijo que si habían de morir sangrecaliente para que pudieramos encontrar a su dragón lo harían. Sonreí por primera vez con mi rostro humano ante su declaración. El alma de la mestiza había cesado de molestarme, y esperé que así fuese para siempre.
- Los celestes son fáciles de manipular- comenté-, coge por el cuello a un estúpido animal y será como si les estuvieras arrancando la piel- comenté. Los celestes siempre habían despertado mi curiosidad, y por eso había observado sus movimientos muchas veces. Los conocía- Pero si quieres ir a lo bestia, dejando las sutilezas a un lado, no tienes problema, porque sabes que no sé empatizar con el dolor ajeno.
No tenía problemas con la muerte, porque después de haber vivido la muerte de mi padre me sabía capaz de ver y presenciar cualquier otra muerte sin alterarme. Incluso la mía.
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Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Mientras caminábamos hacia la tierra de los Celestes, Koralie no se mostró en desacuerdo en que yo actuara de aquella forma en un reino donde no había violencia y sus habitantes fuesen los sensibleros de Idhún.
¿Por qué debería importarme si está de acuerdo o no?, me pregunté.
Pasar demasiado tiempo en mi cuerpo sangrecaliente es demasiado irritante. Al dejar que todo los sentimientos con verdadera fuerza afloren fuera de mí y mostrar las reacciones que mostraría un ser humano. Todo esto era el colmo.
Así que para sentirme de nuevo más serpiente alada que humano, cerré la boca, dispuesto a no pronunciar ninguna palabra que se escuchase de mi voz vocal y expresarme por el pensamiento, como era lo natural en un shek, ya fuese puro o híbrido.
Me gustaría más sembrar el terror entre ellos, le dije por la red, no merecen nuestra atención, son sangrecaliente, iguales que los demás, por mucho que sus almas sean las más puras que las de los otros.
No sonreía ni mostraba interés por el ambiente que nos rodeaba, árboles lejanos de Alis Lithban y cercanos a Celestia. Nuestro objetivo.
El camino dejó de parecerme bello, recordándome a las imágenes de la batalla del Bosque de Awa, donde la mitad de mi raza pereció, antes de la migración de mi Dios, el Séptimo y mucho después de su retorno. Aunque ese bosque que cruzábamos no tenía ni el menor parecido al bosque de los feericos.
¿Por qué debería importarme si está de acuerdo o no?, me pregunté.
Pasar demasiado tiempo en mi cuerpo sangrecaliente es demasiado irritante. Al dejar que todo los sentimientos con verdadera fuerza afloren fuera de mí y mostrar las reacciones que mostraría un ser humano. Todo esto era el colmo.
Así que para sentirme de nuevo más serpiente alada que humano, cerré la boca, dispuesto a no pronunciar ninguna palabra que se escuchase de mi voz vocal y expresarme por el pensamiento, como era lo natural en un shek, ya fuese puro o híbrido.
Me gustaría más sembrar el terror entre ellos, le dije por la red, no merecen nuestra atención, son sangrecaliente, iguales que los demás, por mucho que sus almas sean las más puras que las de los otros.
No sonreía ni mostraba interés por el ambiente que nos rodeaba, árboles lejanos de Alis Lithban y cercanos a Celestia. Nuestro objetivo.
El camino dejó de parecerme bello, recordándome a las imágenes de la batalla del Bosque de Awa, donde la mitad de mi raza pereció, antes de la migración de mi Dios, el Séptimo y mucho después de su retorno. Aunque ese bosque que cruzábamos no tenía ni el menor parecido al bosque de los feericos.
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Reí con mi voz vocal cuando Sai'el dijo que los sangrecaliente no merecían nuestra atención. Los sheks teníamos sentimientos, aunque al igual que nuestra sangre, fuesen sentimientos más fríos y racionales, menos temperamentales que los de los sangrecaliente. Sabíamos apreciar la belleza, aunque yo nunca he considerado bello el sentimiento celeste de rehuir de la violencia y el conflicto. Eso era una debilidad, y yo siempre me había obligado a ser fuerte, incluso cuando no quería serlo y lo único que me apetecía era iniciar la búsqueda suicida de un dragón para que acabase con mi existencia, que nunca había sido sencilla.
El alma de la feérica parecía haberse sumido en un profundo letargo, lo cual era bueno para mí. Seguí caminando, y hablé por la red shek con Sai'el.
- No considero que porque tengamos creadores distintos debamos ser enemigos- siseé-. Han sido los sangrecaliente quienes han implantado esos cánones, y por eso nuestra raza debe esconderse. También es cierto que nosotros no hemos propiciado en absoluto un acercamiento, quizás seamos demasiado orgullosos- dije, sintiendo que decir esas palabras era una ironía, pues yo pecaba de orgullo y era consciente de ello-. Pero también somos una raza inteligente, y por eso, quizás, consigamos las cosas con mayor facilidad si somos diplomáticos. La masacre podremos hacerla siempre, pero la oportunidad de ir por las buenas solo se presenta la primera vez.
Comenzábamos a adentrarnos en Celestia, dejando atrás el bosque de Drackwen. Deseaba encontrarme con un celeste, poder preguntarle qué había cambiado en mi al adquirir una nueva alma, pero era un deseo que guardaba para mí.
El alma de la feérica parecía haberse sumido en un profundo letargo, lo cual era bueno para mí. Seguí caminando, y hablé por la red shek con Sai'el.
- No considero que porque tengamos creadores distintos debamos ser enemigos- siseé-. Han sido los sangrecaliente quienes han implantado esos cánones, y por eso nuestra raza debe esconderse. También es cierto que nosotros no hemos propiciado en absoluto un acercamiento, quizás seamos demasiado orgullosos- dije, sintiendo que decir esas palabras era una ironía, pues yo pecaba de orgullo y era consciente de ello-. Pero también somos una raza inteligente, y por eso, quizás, consigamos las cosas con mayor facilidad si somos diplomáticos. La masacre podremos hacerla siempre, pero la oportunidad de ir por las buenas solo se presenta la primera vez.
Comenzábamos a adentrarnos en Celestia, dejando atrás el bosque de Drackwen. Deseaba encontrarme con un celeste, poder preguntarle qué había cambiado en mi al adquirir una nueva alma, pero era un deseo que guardaba para mí.
- FDI:
- Cuando quieras mudamos tema a Celestia, pero tenemos que hablar con mi berengenita
Invitado- Invitado
Re: La búsqueda de un alma inferior (Rol privado)
Lo que dijo mi compañera era verdad. Era mejor volar de noche que de día, al tratarse de ser para los sangrecaliente sangrefría. Somos las pesadillas de las razas inferiores de las criaturas de los Seis y la bendición del Séptimo para los szish. Poco importaba ya, pues los sangrefría éramos menos en número y no teníamos un territorio solamente para nosotros y Umadhun no es nuestra tierra natal, por mucho que nos refugiásemos ahí en el pasado, después del destierro que nos hicieron los malditos dragones.
Al mencionar los dragones en mi mente, me vino a la cabeza, la imagen del dragón rojo que mató a mis familiares. Cuando yo mismo era una cría que no sabía valerse por sí misma. Era algo que me atormentaba y, tal vez mi forma shek no servía si el dragón rojo, siendo un híbrido como yo, acudía a su forma humana para esconderse y atacar como una raza inferior, como yo haría en su momento.
En Celestia no venden armas, solté por la red, y aunque el dragón se escondiese en la tierra de los celestes, necesito armas para combatir con éste cuerpo. He de volver a Nandelt.
Cuando anocheció, tomé mi verdadero cuerpo de serpiente alada y me dirigí al norte, no sin antes decirle a amiga lo que tenía pensado hacer: debo volver a Nandelt, conseguir de alguna manera un arma que usen los humanos contra sí mismos y las demás razas. Sigas el camino que sigas, te prometo que nos volveremos a encontrar.
Al mencionar los dragones en mi mente, me vino a la cabeza, la imagen del dragón rojo que mató a mis familiares. Cuando yo mismo era una cría que no sabía valerse por sí misma. Era algo que me atormentaba y, tal vez mi forma shek no servía si el dragón rojo, siendo un híbrido como yo, acudía a su forma humana para esconderse y atacar como una raza inferior, como yo haría en su momento.
En Celestia no venden armas, solté por la red, y aunque el dragón se escondiese en la tierra de los celestes, necesito armas para combatir con éste cuerpo. He de volver a Nandelt.
Cuando anocheció, tomé mi verdadero cuerpo de serpiente alada y me dirigí al norte, no sin antes decirle a amiga lo que tenía pensado hacer: debo volver a Nandelt, conseguir de alguna manera un arma que usen los humanos contra sí mismos y las demás razas. Sigas el camino que sigas, te prometo que nos volveremos a encontrar.
- Spoiler:
Koralie, siento haber tardando tanto en contestar. Pero ahora he de volver a Nandelt para otro rol, con Ankira y más gente. ¡Vente, por favor!
Invitado- Invitado
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