Bajo los árboles de Awa

Me dolía la cabeza. ¿Qué había pasado? Apreté los párpados, tratando de despejarme. Lentamente abrí los ojos y ví a mis compañeras, todas en guardia y a aquel hombre sentado a mi lado tan tranquilo. De golpe, todo volvió a mi recuerdo. El susto y la tensión acumulada habían hecho que perdiera el conocimiento, haciéndome caer al suelo. Ahora entendía el dolor de cabeza. Me la habría golpeado en mi caída. Volví a mirar a aquel individuo, y me pregunté por qué me había dejado vivir depués de haber intentado matarme.'Tal vez lo asustamos, o pensó que eramos enemigos...' pensé. Todavía confusa, me incorporé un poco y pregunté:
- ¿Qué ha pasado?

- De nada- le dije con una sonrisa a Kadei.
No sabía si fiarme de su respuesta, pero poco después Aile abrió los ojos, suspiré aliviada, por lo menos solo se había quedado inconsciente, llegaba a ser algo más y le partía la cara a ese tío.
Kadei se puso tras mía, podía sentir perfectamente el miedo que sentía y eso que siempre veía los sentimientos de los demás confusos al no percibirlos como lo haría cualquier celeste. Luego salió de detrás mía.

Blume salió de entre los árboles, ahora sabía que sí había venido detrás nuestra. "Sí, pero no sabemos donde ha ido Aeris, lo más seguro es que haya huido, pero lo mejor será que vayamos a buscarla por si acaso."- pensé concentrándome, esperaba que Blume me oyera. Me acerqué lentamente a Aile y me puse a su otro lado. -¿Estásbien?- pregunté hablando como lo hacían los yan, estaba nerviosa.

VoyabuscaraAeris- Dije luego a Blume y Kadei, de nuevo sin darme cuenta de que hablaba rápidamente.

Salí corriendo de allí, por lo menos Aile ya no estaba inconsciente, dejé a Blume y Kadei solas con ese hombre. Ahora, caminando rápido, intentaba encontrar a Aeris por algún lugar, pero parecía que se había ido o escondido muy bien.

Me fijé en un árbol lo suficientemente grande y hueco para que entrase una persona. Me fui acercando poco a poco, podía sentir los sentimientos de una criatura que se encontraba dentro del árbol. Lo rodeé y vi que allí estaba Aeris, me sorprendió que estuviera de nuevo desnuda si Aile le había dejado algo de ropa. - Aeris... ¿estás bien?

-Creo... creo que sí estoy bien.- respondí. Vi a Vinca perderse entre los árboles, y me di cuenta de quien faltaba. ¿Dónde estaba Aeris?Recordaba haberla visto salir corriendo. ¿Le había hecho algo aquel hombre? Sin pensarlo dos veces me puse de pie de un salto y me situé al lado de mis compañeras.
-¿Quién eres?-Le pregunté, mirándolo con algo de desconfianza. La desaparición de Aeris y la impasibilidad de aquel extraño me ponían los pelos de punta. Sabía que Aeris era tímida por naturaleza, pero era un unicornio, un ser poderoso...¿qué había echo que saliese corriendo? ¿Acaso era aquel individuo tan poderoso como un unicornio?

Estaba con los ojos cerrados, rezando todo lo que sabía a Wina y a todos los demás dioses... Incluso podría decirse que estaba a punto de rezarle al Septimo, pero en ese instante escuché a Vinca. Me preguntó como estaba, abrí inmediatamente los ojos, instintabamente fui hacia ella, no recordaba mi tobillo lesionado, le abracé con todas mis fuerzas y empecé a llorar. -¡Vinca, gracias a los dioses que estás bien!- Exclamé mientras estaba abrazada a ella. Entonces me acordé de Aile. Sentí furia, era la primera vez que lo sentía, era una sensación muy extraña. Pero, era de mi misma, estaba furiosa de mi misma. Escapé, dejando en peligro a Aile, dejé de llorar y miré a la cara a Vinca. - Vinca, Aile... Esta en peligro... Debo encontrarla... - Dije, sin esperar respuesta me dispuse a levantarme, pero mi tobillo me lo impidió, dejandome caer de nuevo a la tierra. Pero entonces, usé mi amuleto de invisibilidad y volví a mi forma real. Conjuré un hechizo de sanación y corrí hacia donde dejé a Aile, llegué rápidamente, entonces vi un hombre, luego vi a todas mis amigas, atemorizadas, Aile estaba bien. Eso me alivió muchísimo, estaba dispuesta a cargar contra él, con todas mis fuerzas, aun siendo una cría, era lo suficientemente fuerte como para poder tirarlo, pero sentí bondad en su corazón, eso hizo que me lo pensara dos veces, aun sin descubrirme le pregunté. - ¿Quién eres? ¿Y por qué nos atacaste?- La ira aún estaba presente, pero con menos fuerza. Estaba preparada para cargar contra él si hiciera algún movimiento extraño.

Me relajé un tanto al ver que Vinca y Aeris regresaron sanas y salvas. Pero, de todas formas, la situación no era lo más relajante del mundo, precisamente...

Suspiré aliviada de ver que Aeris estaba bien, me abrazó y empezó a llorar, luego se soltó y cayó al suelo. Exclamé sorprendida cuando se volvió invisible y sentí que delante mía había un ser puro, aquello hizo que me sorprendiera más, era la misma sensación que había sentido cuando estaba en el claro con Blume y Aile, antes de que apareciera Aeris... Enseguida até cabos al acordarme también de cuando me convertí en maga. Por eso Aeris no tenía ropa cuando se acercó, ella era un unicornio...

Supe que me había quedado sola y corrí de nuevo a donde estaban las demás. Nada más llegar me puse al lado de Kadei y Blume, y esperé a que aquel tipo respondiera a nuestras preguntas. No es que tuviera una cara amigable, más bien, estaba disgustada y enfadada.

El hombre que nos atacó no contestó a ninguna de nuestras preguntas, solo nos miraba con frialdad, nos examinó a cada una de nosotras, hasta que llegó al lugar donde me encontraba, parecía que sabía donde estaba, y también sabía que era una hibrida entre unicornio y humana, solo nos dijo su nombre, Jack, dijo que era peligroso, pero también dijo que no para nosotras. Sentía una magia muy poderosa en el, parecía ser otro ser superior, quizás fuera un shek o un dragon hibrido con un humano. Me arriesgué y me fui hacia un árbol, volví a mi forma humana y me mostré, miraba a Jack desconfiada, preparada por si hacía algún movimiento extraño.

No estaba segura, pero ese hombre tenía algo extraño, es como si fuera algo más que un humano.
Así que nos confundió, ¿eh? Pues ya podría asegurarse antes de atacar a alguien inocente como Aile y Aeris, que por cierto, parecía que seguía siendo invisible. Entonces se llamaba Jack y era peligroso, pero no para nosotras, interesante información. Me sorprendí a mi misma, ¿por qué me daba la sensación de que me estaba portando de una forma completamente diferente de la que solía portarme? Mm... seguro que sería por el enfado que sentía.
Vi a Aeris que salía de detrás de un árbol y volví la vista hacia Jack, lo miré ceñuda, no me gustaba sentirme así, me apenaba tener esos sentimientos, pero que se le iba a hacer.

Después de mi paso por alis lithban y convertirme en maga quise dirigirme hacia el bosque de Awa. Tenia dos razones para hacerlo, la primera porque allí fue donde me crié y la segunda por que con el nuevo don que me había entregado aquel bello unicornio no me encontraba segura entre la multitud. Llevaba varios días andando sola de aquí para allá sin rumbo fijo, intentando tal vez, encontrar a alguien. Finalmente mi deseo se cumplió. A lo lejos de donde yo estaba observé una extraña escena: un grupo de chicas se apiñaba alrededor de un hombre. Sentía la angustia de las chicas y la frialdad del hombre. Finalmente decidí quedarme escondida detrás de un árbol. La chica varu llevaba una espada al igual que el hombre y yo estaba totalmente indefensa. No sabia si eran amigos o enemigos y por una vez fui yo la que sentía miedo.

Escuche lo que le pregunto la chica al hombre. Tenia miedo por lo que le dijo de si había alguien mas aquí,
me habrá visto pense....

Me aparté lo más que pude de Jack, acercándome más a mis compañeras. No me gustaba nada. Y no mejoraba la cosa que momentos antes hubiera intentado matarme. Lo veía demasiado frío, muy seguro de su superioridad...
Vi que le dirigía una rápida sonrisa a Aeris. Aquello reforzó mi sospecha. Aquel no era un hombre corriente.Si Aeris era una híbrida de unicornio... ¿por qué jack no? Podía ser híbrido de dragón, aunque por la frialdad también mantuve la opción de que fuera un shek. Tanteé instintivamente mi espalda, disimuladamente, para comprovar que la vaina y mi espada estaban allí. Pero no estaban. Mierda... me las había dejado en el claro. Y no me hacía gracia estar desarmada frente a aquel individuo.
-Un momento- dije- ahora vuelvo.
Me alejé del lugar de la escena y me dirigí al claro dónde nos habíamos conocido todas. Sentí la llamada de mi espada desde debajo de uno de los imponentes troncos que delimitaba el claro. Me acerqué y la recogí, aliviada. Me ajusté la vaina a la espalda y me dispuse a regresar con mis compañeras. tenía otra vez el presentimiento de que había alguien más con nosotros... no podía ser... ¿cuantas personas estabamos de paso a la vez? Tal vez fuera casual, o tal vez no... pero fuera lo que fuese, esta vez no iba a ser yo quien fuese a inspeccionar la zona. Ya había tenído bastantes sustos esa mañana. Además, no me hacía gracia haber perdido el conocimiento de aquella forma. Sentí que las mejillas me ardían. Detestaba mostrarme débil ante cualquiera. ''Pero no iba a volver a pasar.'' me prometí a mi misma.

La chica férrica se alejó del grupo y más tarde llegó con su espada. Lo que faltaba- exclamé. ya eran tres personas armadas. Luego me di cuenta de que no lo había pensado, lo había dicho en alto. Maldije por lo bajo y me intenté encoger sobre mi misma rezando a los dioses por que no me hubiesen escuchado

Regresé juntoa mis compañeras minutos después. Me posicioné al lado de Blume, que temblaba violentamente.
-Blume, ¿ estás bien?

Escuché a Blume en mi cabeza, a ella tampoco le gustaba Jack, a ninguna nos gustaba. Miré a Jack, hacía que me sintiera pequeña e indefensa, había algo en él. Me fijé en la sonrisa que le mandó a Aeris, fruncí el ceño, ¿acaso era como Aeris? Su comportamiento era frío, podía ser un shek, o también podía ser un dragón. Le miré a los ojos, se iluminaron de un tono rojo, pude ver en ellos que era un dragón, pero era un dragón extraño, creía que los dragones no eran fríos, sino más bien cálidos, este era la excepción.
Aile se marchó por el camino que iba al claro. Esperé a que contestase las preguntas que le había hecho Kadei.
- ¿Estás bien?- le pregunté al sentir que Blume temblaba a mi lado.
Inconscientemente toqué una de las vendas, la que tenía en el antebrazo derecho, pero me di la vuelta sobresaltada al oír una voz.
-¿Quién eres?- pregunté a quien estaba escondido tras los árboles.

Había alguien más con nosotros. Al menos esparaba que no fuese otro híbrido malhumorado... resoplé por lo bajo. Desenvainé mi espada y me puse en guardia, esperando a que el nuevo desconocido se presentase ante nosotros.